Tras la declaración de la independencia en 1990, Namibia experimentó una migración masiva de las zonas rurales a las urbanas, donde la falta de desarrollos de vivienda provocó un rápido crecimiento de asentamientos informales en los pueblos y ciudades más importantes del país.  

Hoy, más del 40 por ciento de la población total de Namibia y la mayor parte de su población urbana vive en estos asentamientos informales, con un acceso escaso o nulo a servicios básicos como electricidad, agua y baños. Los residentes no tienen derechos legales sobre las tierras y viven en condiciones económicas precarias.  

El 89 por ciento de las personas de Namibia no cumplen los requisitos necesarios para solicitar préstamos para viviendas ni tienen acceso a las que se ofrecen en el mercado. Como consecuencia, cada año se construye una cantidad estimada de 12.000 casas informales nuevas. La escala de la tarea de formalización y mejora de estos asentamientos es descomunal, y ni el gobierno ni las autoridades municipales pueden abarcarla pos sí solos. 

El objetivo del proyecto Vivienda Impulsada por la Comunidad y Mejora de Asentamientos Informales es ayudar a algunas de las comunidades más pobres de Namibia a formalizar la propiedad de las tierras, y a las familias de bajos ingresos, a acceder a los fondos que necesitan para mejorar sus casas o construir viviendas nuevas.  

La dirección del proyecto está a cargo de la Federación de Habitantes de Asentamientos Informales de Namibia (SDFN, por su sigla en inglés), una red comunitaria de programas de ahorro para vivienda afiliada al Movimiento Internacional de Asentamientos Informales (SDI, por su sigla en inglés), y de la organización sin fines de lucro Namibia Housing Action Group, que apoya las actividades de la SDFN. 

El proyecto comenzó en la ciudad de Gobabis, en 2013, después de que la autoridad municipal firmara un memorándum de entendimiento (MOU, por su sigla en inglés) con Namibia Housing Action Group, en el que se describía la mejora de los cuatro asentamientos informales de la ciudad mediante un enfoque de planificación participativa que involucrara a la comunidad.  

Desde entonces, el proyecto se expandió a 10 de las 14 regiones de Namibia, 20 centros urbanos y 31 asentamientos informales más, lo que lo convierte en uno de los proyectos más grandes de este tipo en el país. 

El proyecto en la práctica 

El objetivo del proyecto es ayudar a los miembros de los grupos de ahorro comunitario de la SDFN a satisfacer sus necesidades de vivienda asequible, infraestructura y servicios (como saneamiento), y tierras. 

Mediante el Programa de Información sobre Tierras Comunitarias (CLIP, por su sigla en inglés), la autoridad local y los miembros de la comunidad realizan una encuesta sobre el asentamiento, en la que se recopilan datos sobre las familias y los servicios de infraestructura existentes. Luego, se elabora y presenta un plan de asentamiento impulsado por la comunidad ante la autoridad local para su aprobación. 

Un aspecto clave del proyecto radica en el uso de la Ley de Tenencia Flexible de la Tierra, de 2012, para ofrecer seguridad con respecto a la tenencia y el empoderamiento económico a las personas que viven en asentamientos informales, mediante dos formas nuevas de titulación de la tierra más sencillas y económicas: el “título inicial” y el “título de tenencia de la tierra”. Cada título pertenece a una persona, pero también representa formas de propiedad común. 

Antes del establecimiento de cualquiera de los títulos, las tierras informales deben dividirse o combinarse con otros lotes, para crear una porción de tierra de tamaño estándar conocida como blockerf (sistema de tenencia de tierra flexible). Cada blockerf incluye varios lotes de familias individuales y un área común. Un título inicial le otorga a la persona que lo posee derechos sobre la vivienda en una ubicación específica dentro de un blockerf, mientras que el título de tenencia de la tierra le adjudica a la persona que lo posee derechos sobre su lote en el blockerf y derechos de uso de cualquier área compartida, pero la propiedad de la tierra sigue siendo común. Los títulos de tenencia de la tierra también se pueden usar como garantía para créditos.  

Para tener garantías sobre la tierra, los residentes deben formar parte de un grupo de ahorro. Esto se debe, en parte, a que la tenencia de la tierra puede transferirse, y este requisito ayuda a mitigar el riesgo de que esta se venda en el mercado privado. Cuando alguien adquiere un título de tenencia de la tierra, pasa a formar parte de la Asociación de Títulos de Tenencia de la Tierra, una asociación comunitaria que permite acceder a ciertos subsidios y ayudas financieras. Esto también permite inscribirse en la Oficina de Registros de Escrituras, y registrar un vínculo. La Ley les permite a los propietarios construir y mejorar sus casas de forma progresiva. 

El fondo de desarrollo comunitario de la SDFN, llamado Fondo Twahangana, otorga fondos de desarrollo a los miembros de los grupos de ahorro de la SDFN para la adquisición de tierras, el mantenimiento de estas, y la mejora y construcción de casas. El fondo recibe contribuciones del gobierno (42 por ciento), el sector privado (17 por ciento), patrocinadores externos (6 por ciento) y los miembros de grupos de ahorro (35 por ciento). Los grupos de ahorro administran los préstamos, identifican a los destinatarios y obtienen presupuestos de proveedores y constructores. 

Hasta mayo de 2022, a través del proyecto se construyeron 3.873 casas con conexión de agua y servicios de saneamiento, lo que benefició directamente a 25.000 personas, y se mejoraron los servicios para 2.310 familias (que aún no construyeron sus casas) en tres asentamientos informales. Técnicos especialistas capacitan a las comunidades para que sus propios integrantes realicen las mejoras e instalen los servicios. Hasta ahora, se capacitó a 210 miembros de la comunidad.  

Se emitieron títulos de tenencia de la tierra para 1.115 propietarios de lotes registrados en Freedom Square, un asentamiento informal de Gobabis, y se firmaron 14 MOU con autoridades locales de toda Namibia, para establecer asociaciones con los grupos de ahorro comunitario de cada zona. 

Financiación 

El costo total del proyecto es de 100 millones de dólares namibios (6.353.240 dólares), con un presupuesto anual de 40 millones de dólares namibios (2.541.296 dólares). Este proyecto tiene dos vías de financiación principales: fondos de subsidios y el Fondo Twahangana. 

Los subsidios provienen de Misereor, GIZ y otros socios de desarrollo internacional, a través del SDI. El grupo Namibia Housing Action Group administra estas finanzas para apoyar las iniciativas de negociación y defensa civil, así como los procesos de la SDFN, el mantenimiento de la red y las capacitaciones.  

El Fondo Twahangana ofrece préstamos blandos para construir casas de 34 metros cuadrados, que tienen un costo promedio de entre 40.000 dólares namibios (2.539 dólares) y 50.000 dólares namibios (3.174 dólares), incluidos los servicios. La persona que solicita el préstamo devuelve la contribución en su totalidad. El grupo de ahorro selecciona a los destinatarios de los préstamos en función de su participación activa en las actividades del grupo (de las cuales los ahorros regulares representan el criterio principal), su capacidad de pagar las cuotas mensuales del préstamo, el costo total de la casa y el pago inicial del cinco por ciento del préstamo de la casa a modo de depósito. 

Una vez que se aprueba, el dinero del préstamo se paga directamente a los proveedores, con base en los presupuestos que el grupo obtiene. Cada grupo de ahorro designa un equipo para que administre los trabajos de construcción. Los miembros también aportan su propia mano de obra en especies para reducir los costos de construcción.  

En Gobabis, el proyecto también pudo recaudar fondos mediante programas del gobierno, específicamente 9.200.000 dólares namibios (618.000 dólares) para tareas de mantenimiento de las tierras que aportó el Ministerio de Desarrollo Urbano y Rural. El ministerio también proporcionó un millón de dólares namibios (67.175 dólares) para destinar a proyectos de mejoras en Helao Nafidi, y cinco millones de dólares namibios (335.786 dólares) para Karibib y Usab. 

Impacto social y ambiental  

Este proyecto está dirigido a los residentes más pobres de Namibia, cuyos ingresos mensuales son inferiores a 5.000 dólares namibios (320 dólares). La mayoría de las personas de este estrato no tienen trabajos formales ni acceso a préstamos bancarios.  

El aspecto del proyecto relacionado con la titulación de las tierras les ofrece a estos residentes una mayor seguridad sobre los activos, a través de la propiedad de sus tierras. Las mejoras en los servicios y las viviendas disminuyen los riesgos de seguridad y para la salud, y la naturaleza participativa y de liderazgo de la comunidad del proyecto empodera a estas comunidades y genera resiliencia.  

Este proyecto también propicia una mayor cohesión social en la comunidad. La mayoría de los miembros de la SDFN son mujeres, por lo tanto, la mayoría de los equipos de construcción de los grupos de ahorro están conformados por mujeres. Para alentar la participación de las mujeres en el sector de la construcción, el proyecto ofrece pasantías para estudiantes mujeres en las obras de construcción.  

Los problemas medioambientales se abordan, principalmente, mediante una planificación sensible a los riesgos, la mejora de vertederos de residuos, la promoción de la agricultura y el cultivo urbanos, la reutilización creativa (upcycling) y el reciclaje de materiales para los espacios comunitarios.  

Los miembros de la comunidad ayudan a evaluar el entorno físico, con un foco en la resiliencia ambiental de la zona, la frecuencia de catástrofes naturales, la zonificación existente del uso de la tierra, la topografía, las características del agua, la vegetación y la gestión de residuos sólidos. Durante las sesiones de planificación, se alienta a las comunidades a que planten árboles e incluyan jardines en los patios para aumentar la seguridad alimentaria. 

Transferibilidad y expansión 

El proyecto está activo y se prevé su expansión dentro de Namibia con la mejora de 34.000 viviendas durante los próximos tres años, con un costo estimativo de 120 millones de dólares namibios (7,6 millones de dólares) por año. En 2022 y 2023, la SDFN espera construir 1.400 casas con 60 millones de dólares namibios (3,8 millones de dólares). La intención es que, para 2030, más de 700 grupos de ahorro hayan obtenido tierras y ayudado a los miembros a construir sus propias casas. 

El grupo Namibia Housing Action Group tuvo un papel fundamental como fuente de información para la elaboración de la Ley de Tenencia Flexible de la Tierra y participa en el comité del National Housing Advisory Group, que asesora al ministro de vivienda.  

El grupo está haciendo un trabajo de cabildeo para realizar modificaciones en las políticas y las regulaciones a fin de que contemplen un apoyo mayor a las mejoras de asentamientos informales lideradas por la comunidad, en asociación con las autoridades correspondientes y otras partes interesadas. Esta militancia fomenta significativamente la transferibilidad, que depende de asociaciones entre las autoridades locales y los miembros de las comunidades. El proyecto también estableció la Alianza Nacional para la Mejora de Asentamientos Informales, a fin de fomentar la expansión dentro del país.  

El grupo Namibia Housing Action Group sigue negociando con los organismos de desarrollo internacional y con los gobiernos locales y nacional para que hagan aportes al Fondo Twahangana.  

Este proyecto está brindando una respuesta a la necesidad imperiosa de abordar la crisis de asentamientos informales en Namibia, con resultados satisfactorios. Con el fondo de rotación Twahangana, el proyecto desarrolló un modelo sostenible y replicable que alivia la carga y los gastos de las autoridades públicas, que no tienen la capacidad para abordar este problema solas. La conformación de asociaciones sólidas entre las autoridades locales y grupos de ahorro comunitario empodera a los residentes para que lideren sus propios procesos de mejora y consoliden su rol en el paisaje urbano.