En Argentina, el saneamiento es un problema cada vez más grave: en la actualidad, más de seis millones de personas (prácticamente uno de cada siete habitantes) no tienen un baño dentro de sus casas. Cuatro millones de personas viven en asentamientos informales en los que menos de uno de cada veinte residentes (4,85 por ciento de la población) tiene acceso a un sistema de saneamiento.
Dicha falta de saneamiento y las prácticas de higiene deficientes que esta implica tienen un impacto adverso sobre la salud de las personas, el bienestar general y la expectativa de vida. La diarrea aguda es una de las causas principales de enfermedad y muerte en niños y niñas menores de cinco años.
Desde el año 2015, Módulo Sanitario trabaja para abordar el déficit sanitario en los asentamientos informales de Argentina, mediante la instalación de módulos prefabricados con baños y cocinas en las casas de las familias. Esto reduce la propagación de enfermedades, mejora la vida de las personas de comunidades vulnerables y ayuda a romper el ciclo de pobreza que genera el impacto de las condiciones de vida precarias sobre la salud y la educación.
Desde sus comienzos, el programa instaló más de 670 módulos, que benefician directamente a 2.665 personas, tanto en áreas rurales como periurbanas. Aproximadamente uno de cada tres de estos usuarios solía compartir el baño con otras familias, por lo que 900 personas más se vieron beneficiadas de forma indirecta. Cuando la COVID-19 llegó a Argentina, Módulo Sanitario empezó a distribuir kits de higiene con jabón, champú, cepillo de dientes, dentífrico, lavandina y detergente, entre otros artículos. En total, se entregaron más de 17 mil kits, lo cual benefició a aproximadamente 64 mil personas.
El proyecto es uno de los siete programas que dirige la fundación sin fines de lucro Horizonte de Máxima. Actualmente, Módulo Sanitario cuenta con un equipo de 10 miembros, y trabaja con más de 1.000 voluntarios por año.
El proyecto en la práctica
Módulo Sanitario es la única organización de la sociedad civil de Argentina que se dedica exclusivamente al saneamiento. Su visión es la de un futuro en el que todas las personas tengan acceso a servicios sanitarios básicos, y en el que todas las casas tengan acceso a agua potable para beber.
La sede administrativa del proyecto se encuentra en Buenos Aires, y el trabajo se desarrolla de forma permanente en ocho barrios vulnerables del Gran Buenos Aires y en tres de la provincia de Córdoba. Gracias a colaboraciones con otras ONG, Módulo Sanitario expandió su trabajo a nueve provincias, cubriendo otros 26 vecindarios de 20 ciudades argentinas.
En las zonas en las que Módulo Sanitario se desarrolla actualmente, uno de cada veinticinco habitantes (cuatro por ciento) tiene conexión a un sistema cloacal. La mayoría de las personas que viven en estas comunidades tienen un acceso limitado a la educación, en general, al nivel escolar primario o inferior. Esto les dificulta la obtención de empleos formales, y muchas familias dependen de los programas sociales del gobierno.
Módulo Sanitario hace un sondeo de las casas de estas comunidades, para determinar qué familias necesitan agregar a su vivienda un espacio salubre para la higiene personal y/o la preparación de alimentos con más urgencia. La asignación también se basa en el compromiso que expresan los residentes con respecto al proyecto y el presupuesto disponible. No es necesario que las familias sean propietarias de la tierra para participar en el programa, ya que los módulos se instalan sobre pilotes de madera y, si los residentes tienen que mudarse, pueden llevárselos con ellos.
Los beneficiarios tienen una participación activa en el programa, y trabajan junto a los voluntarios de Módulo Sanitario antes y durante la construcción. Antes de empezar las obras, se les pide que construyan una fosa séptica de cuatro metros de profundidad y que hagan un aporte del once por ciento del costo total del módulo (cerca de 8.500 pesos argentinos o 90 dólares). Este es un monto significativo, y tiene como fin asegurar el compromiso y promover el sentido de pertenencia de las familias. El pago puede hacerse en la cantidad de cuotas que la familia necesite durante un período de tres meses previo al inicio de la construcción.
Los módulos sanitarios se prefabrican en una ubicación distinta a la del lugar donde se realizará la instalación. Los voluntarios de Módulo Sanitario realizan un taller de instalación para aprender a ensamblar las cañerías de agua, soldar mediante termofusión, ensamblar kits cloacales y preparar las herramientas y los materiales necesarios para la obra. Este trabajo preliminar hace que la actividad sea un proceso de instalación sencillo de dos días de duración, que pueden realizar los voluntarios junto a las familias beneficiarias.
Los módulos tienen una vida útil de al menos 10 años e incluyen instalaciones de agua fría y caliente, desagüe, electricidad, un fregadero, espacio para un horno, un lavabo para las manos, un inodoro, una ducha y calefacción. El modelo es flexible y se adapta a las dificultades que presenta cada lugar. Por ejemplo, donde no hay electricidad, se usan termotanques solares, y donde no es posible instalar una fosa séptica, se utiliza un biodigestor.
Cada familia recibe un “kit de higiene” y se les brinda información sobre hábitos de higiene para reducir las enfermedades e infecciones. Durante la construcción, un equipo especializado de voluntarios administra talleres y organiza actividades específicas para niñas y niños con el fin de que incorporen el hábito del lavado de manos, cepillado de dientes, higiene personal y del hogar.
La gestión de Módulo Sanitario es colaborativa, y los voluntarios son un componente clave del programa. Cada año, más de 1.000 personas donan su tiempo al programa. En la mayoría de los casos se enteran del programa por el boca en boca, la actividad en redes sociales, campañas de marketing digital y charlas públicas. Las asociaciones con los gobiernos locales, organizaciones de la sociedad civil y empresas privadas son fundamentales para el éxito y la expansión continuos del programa.
Financiación
Módulo Sanitario se estableció en 2015 sin ninguna inversión inicial. En 2020, el presupuesto del programa fue de 22.074.826 pesos argentinos (234.170 dólares) y provino de las siguientes fuentes:
Impacto social y ambiental
Módulo Sanitario evalúa el impacto social de su trabajo mediante una encuesta que desarrollaron recientemente (Medición de Resultados). El trabajo realizado en el programa mejoró la calidad de vida y la salud general de los beneficiarios. Al tener un módulo sanitario dentro de la casa, aumenta la frecuencia del lavado de manos, las duchas, el lavado de verduras y platos, y el cepillado de dientes.
Estas mejoras en la higiene personal diaria reducen drásticamente la transmisión de enfermedades, como diarrea, cólera, disentería, hepatitis A, fiebre tifoidea y poliomielitis. Las mejores condiciones de salud hacen que aumente la asistencia a la escuela, mejoren el nivel de descanso y las interacciones sociales, y se incrementen las posibilidades de obtener trabajo, lo que ayuda a romper el ciclo de la pobreza.
Durante la construcción, se capacita a los beneficiarios para que sepan cómo mantener y limpiar los módulos, y hacer reparaciones en caso de ser necesario. Estas habilidades disminuyen la necesidad de contratar trabajadores externos en el futuro.
Los materiales que se usan en la construcción de los módulos se eligen para garantizar que las estructuras sean duraderas y sostenibles. Si los fondos lo permiten, se utilizan diferentes tecnologías para la construcción, a fin de tener un impacto positivo sobre el medioambiente. Estas pueden ser: placas de revestimiento de envases Tetra Pack reciclados para reducir el uso de madera y ladrillos; termotanques solares y baños secos para reducir el consumo de agua y electricidad (aunque, hasta el momento, estos se utilizaron solo en un uno por ciento de los casos); y biodigestores para que los desechos humanos puedan transformarse en compost y usarse en jardines, a fin de disminuir el uso de fertilizantes industriales y el impacto negativo sobre el agua subterránea.
Transferibilidad y expansión
El objetivo final de Módulo Sanitario es resolver el déficit sanitario en toda América Latina, donde 120 millones de personas no tienen un baño. A medida que la organización crezca, pretenden aumentar su influencia con relación a problemáticas sanitarias en Argentina y tener un impacto positivo sobre la opinión pública las decisiones políticas.
En el corto plazo, Módulo Sanitario prevé un incremento de la escala de sus operaciones, mediante la obtención de un millón de dólares para la construcción de 1.600 módulos sanitarios para 2023 (lo cual permitiría reducir el costo promedio 623 dólares por módulo contra 806 dólares actualmente). La transferibilidad del programa es clave para su expansión y se logra mediante tres modelos:
- El primer modelo es la disponibilidad de manuales y planos gratuitos de Módulo Sanitario, para que cualquier persona que quiera fabricar un módulo sanitario por su cuenta pueda replicar el modelo de construcción. Sin embargo, Módulo Sanitario no proporciona ningún servicio de apoyo, seguimiento, capacitación o supervisión.
- El segundo modelo es el de franquicias sociales. Estos socios usan la marca y el enfoque de Módulo Sanitario, y la organización les brinda capacitaciones y realiza auditorías. Las franquicias son independientes y forman parte de la misión de la organización, mediante un esquema de voluntariado únicamente. Actualmente, este modelo de transferibilidad se encuentra en las etapas iniciales, con un grupo de voluntarios en la provincia de Córdoba, donde se instalaron cinco módulos en 2020, y se prevé la instalación de diez más en 2021. También hay negociaciones en curso con socios interesados en franquicias en la provincia argentina de Mendoza, Santa Fe, y en Uruguay y Guatemala.
- El tercer modelo es el de contratos de entrega, mediante el que Módulo Sanitario proporciona el módulo y los socios (entidades del sector público y ONG) supervisan la gestión social y la financiación. En la actualidad, este es el modelo más exitoso: ya se concretaron 33 contratos y se entregaron 244 módulos.
El problema de saneamiento es un tema urgente y desatendido que tiene un impacto directo sobre la salud y las perspectivas de futuro de las comunidades vulnerables. Al adoptar un enfoque colaborativo y conseguir el apoyo de instituciones públicas y privadas, así como de particulares, Módulo Sanitario está trabajando incesantemente en pos de la democratización de los baños en América Latina, y de la mejora de las vidas de millones de personas que se encuentran en situación de pobreza.