Nepal es uno de los países más pobres y menos desarrollados de Asia. Un cuarto de la población vive por debajo de la línea nacional de pobreza, y, en 2011, mediante un censo, se estimó que la mitad (49 por ciento) vivía en casas precarias. Estos problemas se exacerbaron debido a una serie de catástrofes que afectaron al país entre 2015 y 2019. Nepal está expuesto a terremotos frecuentes, y es un país cada vez más vulnerable a conmociones asociadas a la emergencia climática. En 2015, dos terremotos intensos dejaron un saldo de más de 9.000 muertes; y en 2017 y 2019, inundaciones extremas destruyeron o generaron daños graves en 900.000 casas. El desafío de reconstrucción fue enorme.

Un programa masivo del gobierno y la asistencia de organismos de ayuda humanitaria garantizaron la reconstrucción rápida de miles de casas. Sin embargo, las familias más vulnerables, incluidas aquellas con personas mayores, niños, personas discapacitadas y adultos solteros, no pudieron acceder al beneficio de subsidios para la autoconstrucción. Estas personas, al igual que aquellas que pertenecen a grupos étnicos minoritarios y a castas inferiores, y las que tienen problemas graves de salud, suelen ser las más afectadas por este tipo de catástrofes. También son las más propensas a quedar afuera de los procesos de reconstrucción.

Ladrillos de Tierra Comprimida y Emprendimientos Comunitarios, un proyecto desarrollado por la organización social nepalesa sin fines de lucro Community Impact Nepal (Impacto Comunitario en Nepal, CIN), trabaja para abordar esta deficiencia en la asistencia. Su objetivo principal es brindar apoyo a las comunidades para que reconstruyan sus casas y sean más resilientes ante futuros desastres, y, al mismo tiempo, mejorar los medios de vida de familias de bajos ingresos. También permite que emprendedores locales reconstruyan casas en comunidades afectadas por desastres, mediante capacitaciones sobre una tecnología innovadora y asequible para fabricar viviendas resistentes a catástrofes.

Se construyen casas resistentes, seguras y asequibles, y los participantes pueden usar las habilidades que aprenden para construir otras casas como fuente de ingresos. Como consecuencia, se conformaron microemprendimientos sostenibles a largo plazo. El proyecto hace especial hincapié en la capacitación de mujeres, personas jóvenes y miembros de otros grupos vulnerables, y en alentarlas a que inicien sus propios negocios.

El proyecto en la práctica

Community Impact Nepal (CIN) se fundó (con el nombre de Build Up Nepal) en 2015, como respuesta a la devastación que dejaron los terremotos. Comenzó con un equipo pequeño que trabajaba para ayudar a familias de bajos ingresos a reconstruir sus casas. Sin embargo, se hizo evidente que la única manera de construir a la escala que se necesitaba en aldeas remotas era empoderando a los residentes locales para que construyeran casas con materiales del lugar. El proyecto es consecuencia de este enfoque, y del compromiso de CIN para ayudar a las comunidades de bajos ingresos a mejorar sus viviendas y sus medios de vida.

Esta iniciativa les permite a las comunidades reconstruir las casas que sufrieron daños o se destruyeron por completo por el efecto de terremotos e inundaciones en diferentes regiones de Nepal, mediante el apoyo a la creación de microemprendimientos y la entrega de máquinas de bloques de tierra comprimida, acompañada de capacitaciones para fabricar y utilizar ladrillos entrelazados de tierra comprimida. A los grupos se les proporcionan los materiales iniciales y capacitaciones para usarlos. Los emprendedores invierten su propio tiempo, dinero y mano de obra, lo que garantiza la propiedad local y representa un gran incentivo para construir, mantenerse y crecer en el largo plazo.

La construcción con ladrillos es frecuente en las ciudades y los pueblos grandes de Nepal, pero poco común en zonas rurales, donde las familias no pueden tener ese tipo de aspiraciones. Los costos de construcción resultan muy altos para las personas de bajos ingresos, y el traslado de materiales de construcción desde las fábricas hasta zonas rurales remotas no es práctico. Además, la fabricación de los ladrillos tradicionales de arcilla cocida es perjudicial para el medioambiente y genera niveles altos de emisiones de dióxido de carbono y contaminantes. Para garantizar la disponibilidad de materiales de construcción menos vulnerables a fuerzas sísmicas, el proyecto desarrolló máquinas manuales eficaces para que las comunidades y los microemprendedores rurales puedan fabricar ladrillos con materiales de la región (en su mayoría), para construir casas de bajo costo resistentes a terremotos.

Los bloques de tierra comprimida estabilizados (CSEB) se fabrican mezclando y comprimiendo arena, tierra y cemento en una prensa mecánica. Microemprendimientos y comunidades de todo el país fabrican los ladrillos CSEB in situ, en lugar de tener que transportarlos desde sus lugares de producción masiva.

La técnica tiene varias ventajas. A diferencia de otros métodos de ladrillos de tierra que requieren tipos específicos de tierra, para esta técnica sirve prácticamente cualquier tipo, incluida la local. Esto quiere decir que los bloques se pueden fabricar directamente en el lugar. La producción es rápida. La prensa hace que el agua se elimine, por lo que el tiempo de secado es inferior al de otras técnicas y no hace falta cocer los bloques. Con una prensa, se puede producir una cantidad de ladrillos suficiente para construir una casa entera en uno o dos días. Esto hace que el costo sea muy bajo en comparación con otras técnicas.

Esta reducción en el costo permite que las familias de bajos ingresos que antes no podían pagar una casa de ladrillos, ahora puedan tener una de CSEB. Los bloques son uniformes e incluyen puntos de entrelazamiento. Esto hace que las paredes sean más resistentes y la construcción más rápida, ya que se requiere menos argamasa. El proyecto utiliza varillas de acero corrugado para fortalecer las paredes aún más, y hacerlas más resistentes a los terremotos. Las propiedades de los ladrillos CSEB con respecto al agua son similares a las de los ladrillos cocidos convencionales, y el rendimiento es mucho mejor que el de otras construcciones de tierra. Esto quiere decir que las casas de CSEB tienen más probabilidades de resistir una inundación.

Los puntos de entrelazamiento también hacen que los ladrillos sean fáciles de usar, es decir, que a las personas les lleva menos tiempo aprender a utilizarlos para la construcción y no hace falta que sean expertas en las técnicas de albañilería convencionales. Esto los hace más adecuados para la autoconstrucción y el uso comunitario. El proceso que se utiliza en el proyecto consiste en construir una casa de demostración en cada aldea —hasta la fecha se construyeron 150. Los residentes reciben una capacitación en albañilería para que puedan seguir construyendo casas de CSEB. La casa modelo se construye para una familia de la aldea cuya situación sea vulnerable, y sirve como exhibición para demostrar las ventajas de los CSEB y generar una demanda local.

La inversión inicial necesaria para los microemprendedores varía entre 3.300 y 5.400 dólares, que cubren el costo de la máquina, la capacitación, la preparación de la producción y la materia prima. En general, esto se salda con ahorros de grupos comunitarios y microemprendedores, o con micropréstamos, que se ofrecen sin garantías y con tasas de interés subsidiadas, en asociación con Metro Microfinance. Muchos emprendedores son migrantes que vuelven a sus aldeas y quieren invertir sus ahorros allí para evitar tener que irse nuevamente en busca de trabajo. En la mayoría de los microemprendimientos, la inversión se recupera en un período de 6 a 12 meses.

El proyecto se financia con subsidios y la inversión conjunta de comunidades y emprendedores, y se trabaja con una gran variedad de organizaciones no gubernamentales y socios de desarrollo, como DFID Nepal, Practical Action, DCA Nepal, Nordic Climate Facility y Oxfam en Nepal.

Impacto social y ambiental

El proyecto es muy significativo para las familias vulnerables que reciben la casa de demostración sin costo —aunque se espera que contribuyan con mano de obra y materiales. Otros beneficiarios son las familias afectadas por el estado deficiente de sus viviendas; los microemprendedores, como las integrantes de grupos de mujeres y jóvenes, y de grupos de microcréditos que inician microemprendimientos; y la comunidad en general, gracias a la mayor cohesión y el aumento de ingresos que el proyecto propicia. Se hace especial hincapié en la cooperación de la comunidad, y se reúne a familias, el gobierno local, y grupos y emprendedores del lugar.

El proyecto ya llegó a los 31 distritos de la región central de Nepal que sufrieron el impacto de los terremotos de 2015, con un foco especial en los 14 distritos más afectados. Mediante la construcción de cada casa de demostración, se capacitó a un promedio de 10 personas, lo que equivale a un total de cerca de 1.500 albañiles calificados. Estos se han establecido como microemprendedores, construyen más casas, difunden información en sus zonas y hacen que aumente la demanda de CSEB.

Hasta la fecha, se construyeron más de 3.500 casas nuevas en regiones remotas de Nepal, que albergan a 17.500 personas. Además, el proyecto tuvo un impacto positivo sobre muchas otras personas, por ejemplo, mediante la creación de 200 microemprendimientos y 2.200 puestos de trabajo. Cada microemprendimiento construye 15 casas por año, en promedio, lo que genera entre 10 y 12 puestos de trabajo en la fabricación de ladrillos y otros procesos de la cadena de suministro. Cuatro de cada cinco emprendimientos continúan activos después de dos años.

El proyecto representa un gran aporte con respecto a la inclusión social y a temáticas de género, ya que promovió la participación de mujeres y de grupos marginados. La población de las zonas rurales de los distritos en los que funciona el proyecto incluye miembros de diversas etnias y grupos desfavorecidos, y muchos de los beneficiarios del proyecto pertenecen a estos sectores. Aproximadamente la mitad de todos los albañiles que se capacitaron en la construcción de casas de CSEB provienen de grupos desfavorecidos, y alrededor de un tercio son mujeres.

El impacto ambiental del proyecto también es considerable. Las casas que se construyen con CSEB tienen una cantidad de energía incorporada significativamente menor a las de ladrillos convencionales. Tras una revisión independiente del desempeño medioambiental de los CSEB en Nepal, se estimó que las casas de ladrillos convencionales generan 1,6 veces más emisiones de dióxido de carbono que las de CSEB. Si esta cifra se multiplica en función del alcance del proyecto, CIN calcula que ahorró 18.750 toneladas de dióxido de carbono.

CIN, junto a otras organizaciones y socios de desarrollo, brindó apoyo al Gobierno Nepalés de forma satisfactoria para que se aprobara la tecnología de ladrillos CSEB en 2017. En asociación con DFID Nepal y Practical Action, CIN capacitó a más de 250 ingenieros del gobierno para que conozcan las características de las casas de CSEB y sepan cómo realizar las inspecciones correspondientes, para ayudar a mejorar la calidad de las viviendas.

El futuro

El objetivo de CIN para los próximos dos años es replicar el modelo y establecer los CSEB como el material de construcción principal en todo Nepal. Actualmente, ayudan a que se inicien entre seis y siete microemprendimientos nuevos por mes. Durante los próximos cinco años, pretenden establecer un total de 600 microemprendimientos, con un enfoque particular en las mujeres, los jóvenes y los grupos vulnerables. Esto equivaldrá a 7.200 puestos de trabajo a largo plazo, 16.000 casas nuevas, y una posible reducción de 72.000 toneladas de dióxido de carbono.

Hoy, están enfocados en la replicación en todo Nepal, pero hay una fuerte demanda para expandir el modelo en todo el mundo, para lo cual, CIN está negociando con varios socios de desarrollo.