El programa KsK (Asociados para el Desarrollo), iniciado en 1989, muestra la manera en que un enfoque tripartito de mancomunar los recursos y las capacidades de los dueños de terrenos particulares, del gobierno central, los municipios y los pobres pueden ser usados para mejorar las condiciones de la vida urbana.
Un fuerte deseo político y una percepción liberal sobre los pobres han permitido a un municipio reducir la pobreza, gestionar la urbanización y mejorar la calidad de vida en las áreas urbanas. Fueron mejoradas el 81 por ciento de las 7,400 casas destinadas para familias de bajos ingresos hasta la fecha.
Una sólida participación comunitaria ha sido importante para la legalización y la ocupación de la tierra y en las mejoras de la infraestructura urbana ayudando a conseguir una mejor calidad de vida para los habitantes de las zonas marginales.