Como la mayoría de los asentamientos de su tipo, los campamentos de refugiados Saharauis en Algeria sólo fueron pensados como una solución de vivienda temporaria para las personas desplazadas por los conflictos emergentes en el Sahara Occidental en 1975. Más de 40 años después de haber sido establecidos, sin embargo, los campamentos son aún el hogar de miles de personas, muchas de las cuales nunca han vivido en otro lado. La vida en los campamentos es dura. El dinero y la comida son escasos y los refugiados viven en frágiles casas de barro y sufren de adversas condiciones climáticas.

Entre las estructuras típicas de adobe utilizadas para alojar a familias de refugiados existen algunas construcciones más nuevas. Estas se destacan porque son de forma redonda en lugar de rectangular, pero es la manera en la que fueron construidas lo que es más extraordinario en ellas. Los hogares fueron construidos utilizando botellas de plástico recicladas y rellenas con arena, y forman parte de un proyecto innovador para mejorar las condiciones de vida de los refugiados Saharauis que están atrapados en vivienda ‘temporaria’ en los campamentos.

El proyecto es la creación de Tateh Lehbib Barika, él mismo siendo un refugiado Saharaui que nació y creció en los campamentos. Él recibió una beca de ACNUR (la agencia de refugiados de la ONU) para estudiar energía renovable y regresó para construir el primer prototipo de hogar de botellas de plástico para su abuela luego de las catastróficas inundaciones en 2015 que destruyeron el 80 por ciento de los hogares en el campamento.

Su idea captó la atención de la oficina local de ACNUR en Tinduf, quienes brindaron US$ 2.000 y ayudaron a conseguir US$ 60.000 en financiamiento de ACNUR para construir 25 casas de botellas de plástico en los cinco campamentos de refugiados Saharauis de la provincia. Algunos refugiados eran originalmente escépticos de la iniciativa, pero Tateh Lehbib trabajó duro para concientizar sobre los beneficios del proyecto, y la gente gradualmente llegó a aceptar la idea.

La construcción

La construcción comenzó en noviembre de 2016 y 27 edificios (dos más de lo esperado) fueron terminados para abril de 2017. Los hogares de botellas de plástico han re-alojado a alrededor de 50 refugiados que fueron seleccionados por tener muy bajos ingresos, por ser ancianos o por tener necesidades especiales o discapacidades. Los hogares fueron construidos por la comunidad de refugiados bajo la dirección de Tateh Lehbib. El proyecto empleó directamente a 200 personas dentro de los campamentos, quienes a su vez pagaron a otras 1.500 personas más para recoger y rellenar las botellas.

Cada hogar llevó alrededor de una semana para ser construido, y necesitó de alrededor de 6.000 botellas de plástico, las cuales fueron conseguidas en instituciones, escuelas, hospitales y vertederos. Se formaron grupos de refugiados para reunirse y preparar los materiales de construcción. Un grupo fue asignado con la tarea de recoger botellas, mientras que otro las rellenaba con arena de las dunas. Una vez rellenas, un camión transportó las botellas a albañiles entrenados, quienes las apilaron de forma horizontal, rellenando los espacios con arena para hacer una estructura cilíndrica básica con dos ventanas. Las paredes interiores fueron cubiertas con una capa de tierra y paja, seguida de una fina capa de cemento. El cemento también fue utilizado para sellar el exterior de la estructura. Los hogares tienen un techo de doble capa para reducir el nivel de calor que ingresa – algo vitalmente importante en una zona adonde las temperaturas alcanzan regularmente los 50°C.

La casa prototipo de botellas de plástico de Tateh Lehbib cuesta US$ 291 para ser construida. El costo inicial del proyecto fue de US$ 2.400 por hogar, debido a los mayores costos de mano de obra, personal, transporte, capacitación, materiales y herramientas. Esto se redujo a US$ 1.630 a medida que disminuía la necesidad de capacitación. Las estructuras de adobe generalmente utilizadas en los campamentos cuestan alrededor de US$ 582 a US$ 1.160 para ser construidas.

Los hogares de botellas de plástico son más pequeños que sus contrapartes de adobe, pero ofrecen mayor protección del fuego, las tormentas de arena, inundaciones y fuertes vientos. La temperatura adentro de un hogar de botellas de plástico es aproximadamente 5ºC más baja que la alternativa de ladrillos de barro, y las personas que viven en los hogares dicen sentirse más seguras.

Mayor auto-suficiencia

Un objetivo clave del proyecto es mejorar no sólo las condiciones de vida en los campamentos, sino también aumentar la auto-suficiencia de los refugiados. Las botellas de plástico utilizadas y la arena forman la mayor parte de los materiales de construcción y pueden ser recogidas sin costo en instituciones, vertederos o en las calles. Esto hace que los refugiados tengan mayor capacidad para pagar por otros materiales, tales como el cemento, por sí mismos, reduciendo la dependencia del financiamiento externo.

A pesar de que las oportunidades dentro de los campamentos son limitadas, las personas Saharauis le dan gran valor a la educación, al aprendizaje y a la innovación. El proyecto aprovecha esta cultura preexistente al llevar a cabo programas de capacitación y talleres para centros educacionales, asociaciones de mujeres y grupos de jóvenes para ayudarlos a inspirar y motivar a los jóvenes para desarrollar sus ideas, tal como hizo Tateh Lehbib. La disposición de las personas Saharauis para aprender nuevas habilidades significa que el conocimiento necesario para continuar construyendo hogares de botellas de plástico ahora está arraigado en la comunidad. Esta mayor auto-suficiencia es crucial en los campamentos porque las limitadas oportunidades económicas y el clima severo fuerzan a los refugiados a depender fuertemente de la asistencia humanitaria internacional.

El importante impacto social del proyecto está emparejado con su igualmente importante impacto ambiental. Los residuos plásticos son un problema global enorme y creciente, pero aún más en zonas adonde hay poco o nada de reciclaje formal. La construcción con botellas de plástico recicla toneladas de residuos que probablemente terminarían en vertederos o en el océano.

La durabilidad y la abundancia de las botellas de plástico utilizadas representa un enorme desafío ambiental – pero estos atributos también los convierten en buenos materiales de construcción de bajo costo para comunidades con pocos recursos. El método de botellas de plástico también utiliza significativamente menos agua que la construcción con ladrillos de barro, preservando un recurso que es precioso en el desierto.

El future

La construcción con botellas de plástico es una técnica emergente a través de América Latina y Africa. Luego del éxito del proyecto de los refugiados Saharauis, se están armando planes para desarrollar aún más el método. Tateh Lehbib tiene la intención de construir un centro en el campamento para investigar el diseño climático de estructuras con botellas de plástico y espera atraer a ingenieros y arquitectos creativos para ayudar a mejorar el diseño y la eficiencia, por ejemplo al reemplazar el cemento con cal y tierra, y mejorando la ventilación y el diseño del techo.

La meta de Tateh Lehbib es establecer la construcción con botellas de plástico como una práctica corriente, y planea utilizar el método para construir otros recursos muy necesarios, tales como escuelas y centros de salud, en los cinco campamentos Saharauis. Actualmente está involucrado en un proyecto de investigación con sus profesores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para desarrollar otras soluciones.

Mientras que el proyecto financiado por ACNUR ha finalizado, su impacto continúa sintiéndose por quienes viven en los hogares y también por la comunidad en general. Los hogares de botellas de plástico son básicos pero seguros, durables y fácil de replicar. La naturaleza auto-suficiente del método de construcción significa que los futuros hogares pueden ser financiados por los refugiados mismos (quienes han obtenido habilidades a través de participar en el proyecto) o a través de subvenciones individuales. Existe una cultura de interdependencia y apoyo entre la comunidad Saharaui, y ya se están construyendo hogares adicionales utilizando el método de botellas de plástico, demostrando que la iniciativa es sostenible sin financiamiento externo.

Vea el resumen completo del proyecto aquí – disponible sólo en Inglés