Desde 2007, Portugal enfrenta una crisis económica a la que el gobierno, en ese momento, respondió con la introducción de un programa de medidas de austeridad. Esto tuvo un grave impacto negativo sobre los derechos económicos, sociales y culturales de las personas que ya estaban viviendo en situaciones de vulnerabilidad. Los recortes en el sector público generaron altos índices de desempleo, disminuciones en los salarios, aumentos tributarios y un empeoramiento del sinhogarismo y la exclusión en materia de vivienda. A partir de 2015 se empezaron a observan algunas mejoras. No obstante, llevará tiempo hasta que los beneficios lleguen a muchas de las personas que ya viven en situación de pobreza y en riesgo de exclusión social.

Alrededor de medio millón de personas (prácticamente un cinco por ciento de la población) se encuentra en riesgo de situación de pobreza en la vivienda o exclusión social, y cerca de una de cada cuatro personas (23 por ciento de la población total) no puede mantener su casa calefaccionada. En invierno, las tasas de mortalidad del país aumentan un 28 por ciento.

El objetivo de Camp In, un proyecto que dirige la organización sin fines de lucro Just a Change, es mejorar las condiciones de vivienda y la calidad de vida de grupos vulnerables o en riesgo, con un enfoque en las zonas rurales y un énfasis especial en el aislamiento térmico, la accesibilidad y la disponibilidad de servicios como electricidad y agua corriente.

El formato que utilizan es un campamento de verano de 12 días durante el que voluntarios reforman casas que no son seguras o se están deteriorando. Estos se realizan en diferentes regiones de Portugal, mediante asociaciones con las municipalidades y parroquias locales, empresas de construcción, proveedores, ingenieros y arquitectos del lugar, y la comunidad local.

Cuentan con socios que hacen donaciones en dinero o especies para las reformas de las casas. Gracias al proyecto, se establecieron vínculos con 14 municipalidades para mejorar las viviendas en esas regiones. El uso de materiales donados y servicios sin cargo permite reformar las casas por un cuarto del precio del mercado.

El modelo no solo beneficia a quienes viven en las casas reformadas, sino que también mejora la cohesión en la comunidad, favorece la formación de asociaciones con una gran variedad de instituciones y tiene un impacto positivo sobre los voluntarios.

El proyecto en la práctica

Just a Change (JaC) es una organización popular sin fines de lucro con sede en Portugal. Se fundó en el año 2010 y cuenta con 12 miembros en su equipo. A través de sus actividades, pretenden realizar reformas de viviendas eficientes, de calidad y con un costo bajo, e incluyen cuatro programas diferentes, pero relacionados entre sí.

El primero es Turn Up, con el que reclutan y movilizan voluntarios, en su mayoría estudiantes universitarios de Lisboa y Oporto. Cada voluntario se compromete para trabajar en turnos de cuatro horas cada dos semanas durante el año académico. El segundo, Keep Up, un programa de una semana que tiene lugar durante las vacaciones académicas en Lisboa y Oporto. Este sirve para garantizar que el trabajo que se realiza mediante Turn Up no se interrumpa durante el período de receso y genera fuentes de ingresos, al ofrecer oportunidades de voluntariado internacional. El tercero es Camp In, un programa de 12 días de duración en el que grupos de voluntarios reforman cuatro o cinco casas por campamento, con un enfoque en zonas rurales. Por último, All In ofrece programas de dinámica grupal para los miembros del personal de las empresas que cubren los costos de los proyectos de reforma.

Camp In es el programa más grande, responsable de la mayor parte de los gastos y el impacto de JaC. El objetivo principal del proyecto es mejorar las vidas y las condiciones de las personas en situación de pobreza en la vivienda, a la vez que se genera conciencia sobre este grupo extremadamente vulnerable y sus necesidades.

El éxito depende, en gran medida, de la solidez de las asociaciones promovidas por JaC, en particular con universidades, municipalidades y organizaciones locales. Estas proporcionan los fondos, los materiales y la mano de obra (a través de voluntarios) necesarios para las reformas. También ayudan a seleccionar a los beneficiarios y brindan apoyo logístico, como permisos, almacenamiento, traslados, gestión de los residuos generados y suministros. Las empresas involucran a su personal para fortalecer los equipos, mientras que las compañías de construcción donan materiales y otras organizaciones, fondos.

El programa sigue un proceso de implementación de cuatro etapas. La primera tiene que ver con el mapeo de la red local de colaboradores sociales y el análisis de las familias que viven en situaciones de pobreza en la vivienda, a partir de los que se decide qué hogares tienen prioridad. Las municipalidades y organizaciones locales trabajan con los beneficiarios para identificar a aquellos que viven en situaciones críticas y necesitan apoyo, y preparan informes sociales para evaluar cada caso y el tipo de intervención que se requiere.

Una vez que se seleccionan los beneficiarios, JaC moviliza los recursos necesarios. Cerca del 40 por ciento de los fondos de JaC para el año 2019 provinieron de municipalidades y fundaciones locales; un 39 por ciento, de donaciones de particulares y corporaciones; un 19 por ciento, de empresas que participan en las jornadas de dinámica grupal; y un 2 por ciento, de contribuciones de voluntarios internacionales.

El tercer paso es la reforma en sí. Camp In trabaja en todo el país, de manera que JaC pueda enfocarse en las zonas rurales y en complementar el resto de los programas centrados en áreas urbanas. Cada campamento está conformado por entre 30 y 40 voluntarios que se dividen en equipos.

Las reformas se deciden en función de cada caso, con un foco en la accesibilidad, la comodidad y la disponibilidad de servicios básicos como electricidad y agua corriente. Durante la intervención, cada equipo trabaja en una casa. A lo largo del proceso de construcción, JaC hace hincapié en generar vínculos con los residentes y los socios, a fin de incrementar el impacto social. Se alienta a los residentes a que participen en los trabajos de construcción para que puedan tomar decisiones clave. Esto mejora su autoestima y el nivel de valoración con respecto a la casa nueva.

El costo promedio de una casa de 40 metros cuadrados mejorada por JaC es de 6.821 dólares, en comparación con el precio del mercado (de entre 30.700 y 34.100 dólares). Esta diferencia radica en las donaciones de materiales y servicios profesionales del sector privado, y en la mano de obra gratuita que aportan los voluntarios.

Mediante su red de socios locales, JaC se asegura de que no se pierdan los cambios y el impacto que se logran durante el trabajo de reforma, ya que se asegura de que trabajadores sociales vuelvan a entrar en contacto con cada familia y les brinden apoyo. Un año después de finalizar la reforma, JaC vuelve a visitar a las familias. Luego, se planifican otras evaluaciones de seguimiento a los cinco y diez años. Las organizaciones locales también ofrecen trabajos de seguimiento para ayudar a identificar el origen de los desafíos que enfrenta cada familia o persona —como desempleo, depresión o adicción— y las conectan con organizaciones que tienen habilidades específicas para ayudarlas.

Las reformas no tienen costo para las familias, ya que la mayoría de ellas tienen dificultades para pagar sus gastos de alimentos y salud.

En JaC, están seguros de que, más allá de la COVID-19 y los desafíos que esta presenta, las fuentes de financiamiento futuras no están en riesgo. La pobreza en la vivienda sigue existiendo, y la pandemia pone en evidencia la importancia de tener una casa que sea segura, adecuada y cómoda. En JaC están convencidos de que los financiadores harán aún más hincapié en esta problemática como uno de los principales temas a abordar.

Impacto social y ambiental

Mediante el proyecto, se movilizó a cerca de 1.516 voluntarios para que participen en el programa, y se reformaron 146 casas, que albergan a 322 personas. Como consecuencia, el estado de pobreza en la vivienda en el que se encontraban, cambió.

Las mejoras de las casas hacen que estas sean mucho más rentables y asequibles que sus equivalentes en el mercado, es decir que los beneficiarios pueden acceder a reformas para sus viviendas que, de otro modo, no estarían a su alcance.

El programa promueve una mayor cooperación en las comunidades, ya que estimula asociaciones sólidas entre una gran variedad de entidades públicas y privadas. El foco en la movilización de voluntarios de universidades y las jornadas de trabajo con los equipos de las empresas, así como la participación de los residentes en las reformas de sus casas, generan una mayor cohesión a nivel local.

JaC minimiza su impacto ecológico con la donación de materiales y sobras de obras de construcción. Además, las reformas mejoran la eficiencia energética de las casas.

Hasta ahora, Camp In involucró a 14 municipalidades, pero pretende influenciar a las 308 existentes en el país durante los próximos cinco años, mediante planes ambiciosos de cabildeo, para destacar el grave problema de la pobreza en la vivienda.

El futuro

JaC planea iniciar una concesión de franquicias del proyecto Camp In, para poder enfocarse en el establecimiento de otros programas. Una vez que las franquicias se hayan probado y asentado en Portugal, pretenden hacer lo mismo en España y otro país de Europa en un plazo de tres años —con una expansión adicional a otros dos países para 2027. Se desarrollaron capacitaciones y procedimientos estandarizados, lo que hace que el proyecto pueda replicarse de manera consistente en otros lugares.

JaC también está desarrollando su trabajo de cabildeo. Desde 2018, está debatiendo con la oficina de la Secretaría Estatal de Vivienda, en defensa de la simplificación de la política que proporciona fondos en los lugares donde más se necesitan. En 2021, la organización convocará un foro sobre pobreza en la vivienda con otras ONG interesadas, en una conferencia sobre vivienda, a fin de presentar su propuesta a la Secretaría de Estado.