La construcción con materiales de tierra constituye una de las técnicas tradicionales más antiguas del mundo para esta tarea, y se ha utilizado durante varios milenios en China, donde al menos 100 millones de personas siguen viviendo en casas de este tipo.

El crecimiento económico y la rápida urbanización que tuvieron lugar en China recientemente generaron un distanciamiento de las técnicas tradicionales de tapia de tierra para dar paso a diseños de hormigón y ladrillo. Como consecuencia, los conocimientos sobre construcción rural se están perdiendo, y las estructuras de tierra tradicionales se convirtieron en un símbolo de pobreza, un estereotipo negativo reforzado por las políticas del gobierno de sacar a las familias rurales pobres de sus viviendas de tierra.

Desde 2008, ha habido varios terremotos catastróficos en China, que destruyeron muchas de las construcciones de tierra y contribuyeron con la idea de que estas no son seguras. Posteriormente, la mayoría de los gobiernos y residentes locales reconstruyeron o repararon las casas de tierra con hormigón y ladrillo.

El proyecto Construir con TIERRA desafía los métodos modernos de construcción de China con un modelo nuevo que combina técnicas de construcción tradicionales de tapia con investigación científica para fabricar casas sostenibles desde el punto de vista ambiental que son menos costosas, requieren menos tiempo para su construcción y ofrecen una resistencia superior ante terremotos. Se capacita a los residentes de las aldeas sobre métodos de construcción adaptados a su zona, lo cual representa una fuente de trabajo, muy necesaria, y un crecimiento del mercado local con respecto a la demanda de casas de tierra.

El proyecto comenzó en 2011 en la aldea de Macha, Condado de Huining, Provincia de Gansu, con la construcción de un centro comunitario y 32 casas prototipo. Desde entonces, se han realizado demostraciones de construcción y extensiones en 19 aldeas más y en 7 ciudades de 23 regiones diferentes.

La mayoría de los beneficiarios de las casas nuevas son de aldeas rurales pobres o personas que viven en casas deterioradas que necesitan reparaciones urgentes. Cerca de 655 habitantes de estas aldeas ya viven en nuevos hogares de tierra, y el objetivo del proyecto es ofrecer vivienda a 1.636 personas para fines de 2020.

Construir con TIERRA es un proyecto en asociación, coordinado por la Fundación caritativa Wu Zhi Qiao (Un puente hacia China) (WZQCF); ejecutado por la Universidad de Ingeniería Civil y Arquitectura de Beijing (BUCEA) y la Universidad de Arquitectura y Tecnología de Xi’an (XUAUT); con el apoyo del Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano y Rural de China (MOHURD).

El proyecto en la práctica

Al igual que muchas aldeas chinas, Macha ha sufrido una disminución notable de la población, ya que los residentes se mudan a zonas urbanas en busca de trabajo y un estándar de vida superior. El proyecto Construir con TIERRA pretende mejorar la calidad de vida y ofrecer estabilidad económica para los residentes de comunidades rurales pobres, mediante la creación de un mercado autosuficiente de casas de tierra nuevas.

Al principio de cada proyecto, se incorporan académicos a la comunidad, para que vivan allí durante, al menos, seis meses, con el fin de que aprendan sobre los métodos de construcción tradicionales y los adapten junto a los artesanos locales. Estas técnicas adaptadas incluyen el uso de herramientas manuales para el apisonamiento de la tierra – que, según se comprobó, mejoran el rendimiento mecánico y de la impermeabilización de las casas de este material – y sistemas de sellado con bambú reforzado, para el que se utiliza el bambú de la zona, madera contrachapada, acero montado y tensores.

En las aldeas como Macha, que se encuentran en la zona de terremotos del Valle de Loess, los métodos de construcción se modifican aún más con características que mejoran la resistencia ante la actividad sísmica. Algunas de ellas son la limitación de vanos, pisos y altura del suelo de las casas de tapia de tierra, y el uso de columnas estructurales de madera u hormigón y de vigas anulares en las paredes.

Para el método de construcción modificado se requieren tres personas, mientras que para el tradicional se necesitaban seis. Se construye una casa de demostración como marco de la capacitación de proveedores locales, que luego pueden seguir trabajando en las aldeas de la zona, para construir casas nuevas y obtener beneficios económicos.

El costo promedio de una casa de tierra es de 95 dólares por metro cuadrado, con todos los materiales (salvo la tierra) y la mano de obra incluidos. En la aldea de Macha, las casas tienen, aproximadamente, entre 60 y 80 metros cuadrados, por lo que el costo total de construcción es de 5.670 a 7.560 dólares, aproximadamente. Esto constituye alrededor de dos tercios del costo de una casa convencional.

En general, los beneficiarios pagan cerca del 20 por ciento de los costos de construcción (de 1.134 a 1.512 dólares). En los casos en los que esto es muy difícil, aportan el equivalente al costo en mano de obra (en general, hombres de la familia o vecinos) y en materiales reciclados, como piedras y madera, de sus antiguas casas. El resto de los costos de construcción se financia con subsidios del gobierno para vivienda (40 por ciento) y mediante la WZQCF (40 por ciento).

El costo total del proyecto Construir con TIERRA hasta febrero de 2019 fue de 1.476.354 dólares, incluidos los 599.067 dólares recaudados por la WZQCF. La otra parte de los fondos provino del MOHURD (223.248 dólares), los gobiernos locales de la región del Valle de Loess (356.748 dólares), la Universidad de Ingeniería Civil y Arquitectura de Beijing, y la Universidad de Arquitectura y Tecnología de Xi’an (297.290 dólares).

Si bien ha tenido éxito, el proyecto también enfrenta algunos desafíos. Muchas veces, los residentes de las aldeas son escépticos con respecto a las estructuras de tierra, debido a los estereotipos negativos prevalentes. Un fuerte deseo de tener un estilo de vida urbano hace que algunos residentes de aldeas adopten la técnica de decorar sus casas con pintura y azulejos, lo cual puede generar problemas técnicos.

Algunos gobiernos locales prefieren proyectos masivos de construcción a alternativas ecológicas, porque tienen metas exigentes que cumplir antes de 2020 con respecto a la reducción de la pobreza. Por este motivo, hay seis aldeas en las que se construyeron casas de demostración, pero no se siguió avanzando con la construcción de casas de tapia de tierra. Las limitaciones en la financiación también contribuyeron con la imposibilidad de construir más casas después de la demostración, por ejemplo, algunos subsidios del gobierno local para vivienda solo están disponibles si se cumplen los reglamentos y códigos de construcción convencional.

Impacto social y ambiental

En general, las mujeres, las personas mayores y los niños pasan más tiempo en casa y padecen más los efectos inherentes a diseños de construcción deficientes. Las familias que viven en casas de tierra nuevas están más protegidas contra las temperaturas extremadamente altas y bajas, que pueden contribuir a debilitar la salud cardiovascular y respiratoria.

Durante el invierno, en la aldea de Macha, las temperaturas dentro de este tipo de viviendas son, en promedio, 5°C más altas que en las casas de hormigón y ladrillo, por lo que sus residentes gastan menos en combustible y su costo de vida es menor. En verano, las estructuras de tapia de tierra son 7°C más frescas, en promedio. El proyecto también fomentó la cohesión de la comunidad en la aldea, mediante la provisión de un centro comunitario que alberga un centro de salud, una guardería, una biblioteca, un escenario, una tienda y un hall para usos múltiples.

La capacitación de artesanos ayudó a fortalecer la resiliencia económica de las comunidades rurales en las que trabajó Construir con TIERRA. Hasta ahora, se capacitó a más de 400 residentes de aldeas. Los artesanos pueden conseguir trabajo en la zona, en lugar de tener que migrar a las ciudades, y los beneficios van directamente a las comunidades locales, en vez de a los contratistas y a las grandes empresas de construcción de otras regiones urbanas.

Además, la capacidad de construir sus propias casas con materiales naturales que se encuentran sin costo en la región promueve la autonomía entre los residentes y disminuye la necesidad de pedir dinero prestado. Cuando el proyecto Construir con TIERRA comenzó en 2011, el ingreso neto anual promedio de un residente de la aldea de Macha era de 280 dólares. En 2018, esa cifra había aumentado un 82 por ciento: 509 dólares.

El proyecto también aporta beneficios ambientales evidentes. Más del 80 por ciento de los materiales necesarios para construir una casa de tierra (arcilla, arena, grava y madera) pueden obtenerse en la región sin grandes necesidades de transporte. El proceso de construcción de casas de tierra genera un 80 por ciento menos de desperdicios que el método tradicional con hormigón y ladrillos, y produce entre un 20 y un 25 por ciento menos de emisiones de carbono.

El futuro

Se prevé la construcción de 292 estructuras para fines de 2020.

Durante los próximos cinco años, el proyecto llevará a cabo más investigaciones sobre la construcción tradicional con tierra, con la financiación de BUCEA y el gobierno central. Se construirán dos instalaciones más que funcionarán como base en las regiones sur y este de la China rural, con la financiación del gobierno central y la WZQCF. Las capacitaciones para artesanos locales, profesionales, funcionarios del gobierno y el público en general también continuarán, gracias al aporte de la WZQCF.

Este año, el gobierno chino pretende publicar una norma nacional para el diseño y la construcción con tapia de tierra. Los comunicados oficiales emitidos por el MOHURD, socio de Construir con TIERRA, que demuestran lo que se logró gracias al proyecto y alientan la replicación del modelo, tuvieron una influencia significativa para lograr que los funcionarios de gobierno cambiaran de opinión.

Con este cambio tan importante de postura con respecto a las viviendas de tierra, el proyecto Construir con TIERRA está transformando un símbolo de pobreza rural en una solución sostenible.

Vea el resumen completo del proyecto aquí – disponible sólo en Inglés