La parte absolutamente preferida de este trabajo para mi es descubrir lo que la gente está haciendo allí afuera. Esto hace maravillas en cuanto a mis recursos de conversación en el bar. Puedo decirle a gente sobre proyectos tales como Saffron Heath (un favorito no-oficial en mi área) el cual ha inyectado energía y compromiso en una de las zonas más desfavorecidas del país. O los Fideicomisos de la Tierra Comunitarios surgiendo en todos lados y dando nuevamente sentido a la frase ‘vivienda asequible’. A menudo menciono a los Ganadores de los Premios Mundiales del Hábitat de este año (2016), Canopy y Giroscope, quienes -despacio pero seguro- están regenerando sus comunidades y trayendo consigo a las personas de la zona. LILAC es otro gran favorito – una visita a ese proyecto te hace creer que la buena vecindad es posible, incluso cuando todos vivimos pegados al teléfono móvil.
Luego existe la línea de fuego de la vivienda liderada por la comunidad, las cuestiones resueltas de manera colectiva por personas que sienten que el statu quo simplemente ya no funciona para ellos. Iniciativas lideradas por sus residentes tales como West Kensington y Gibbs Green o el Fideicomiso de Tierra Comunitaria de East London demuestran lo que puede suceder cuando la gente se involucra en su propio lugar.
El potencial de la vivienda liderada por la comunidad no puede ser enfatizado lo suficiente. Aquí en Inglaterra es poco convencional, pero en muchos otros lugares alrededor del mundo, el hecho de que las personas hagan vivienda por sí mismas no es solamente más común, sino que es lo normal.
El hecho de que la gente organice sus propios lugares no debería ser un concepto extraño
El arte de lo posible
Ahora, uno podría decir que no deberíamos tener que preocuparnos nosotros mismos por la vivienda en este país. Que la provisión de vivienda para el pueblo es, y debe ser, la responsabilidad de un Estado evolucionado. ¿Pero qué sucede cuando el Estado no posee todas las respuestas? ¿Qué pasa cuando aparecen las grietas en el sistema? ¿Qué hacemos cuando las soluciones ‘oficiales’ en oferta simplemente parecen empeorar las cosas? En mi opinión es básicamente allí adonde estamos hoy. Y allí es donde tantas personas, en muchos otros países, se han encontrado y han decidido actuar.
La vivienda no es una cosa abstracta. La crisis de vivienda es un problema inmediato y subjetivo para todos. Tiene impacto en cada uno de nosotros como individuos, y el efecto agravado de ello es que afecta a todos nosotros colectivamente. La solución de una persona es el problema de otra. Allí es donde aparece la vivienda liderada por la comunidad…existe democracia verdadera, desordenada y con resultados reales.
La tragedia de los comunes
La cultura moderna parece alentarnos a todos a actuar solamente en nuestro interés propio – ¿pero es el pensar solamente en nosotros realmente en interés propio? Pensar en la vivienda en términos de nuestra ganancia o pérdida individual nos previene de ver el panorama general – que un fallido mercado de vivienda está previniendo que muchos lugares funcionen tan bien como deberían, y eso es malo para todos nosotros.
La vivienda liderada por la comunidad hace que los espacios funcionen mejor, a partir de ofrecer participación a todos. El interés compartido significa que todos han invertido en un lugar tanto a nivel individual como colectivo, desafiando la idea de ‘ganadores y perdedores’. Con la apropiación de la comunidad, los beneficios colectivos son también beneficios individuales. Después de todo, una comunidad es un grupo de individuos.
El llevar a la gente a pensar sobre la vivienda y los lugares como bienes colectivos y no como un negocio individual de cada uno significaría un gran cambio cultural en este país. Incluye desafiar nuestras ideas sobre lo que es la propiedad, la comunidad, y lo que significa ser propietario. Pero los beneficios potenciales son enormes. La vivienda liderada por la comunidad podría ayudar a resolver el estancamiento entre generaciones mayores y más jóvenes, inquilinos y propietarios, dueños de la tierra, desarrolladores, planeadores, asociaciones de vivienda, el gobierno…Todos culpamos al otro, pero el problema es compartido – así que la solución debe serlo también.
La conversación en el bar: nuestro barómetro cultural
Como he dicho antes, para mí, el desafío más grande para lograr reconocimiento extendido de la vivienda liderada por la comunidad aquí en Inglaterra es ofrecer a la gente un proceso simple de involucramiento. Una forma en la cual las personas pueden alistarse para modificar sus lugares sin volverse una carga inmanejable en su tiempo libre y energía.
Estoy convencida de que la solución ya existe allí afuera. En una era en la cual todos estamos casi constantemente conectados en un espacio virtual, no puede ser tan difícil… ¿no?
El día que pueda decirle a alguien en el bar que trabajo en vivienda liderada por la comunidad y su respuesta sea “Oh, sí, estamos haciendo algo en nuestro barrio…”, sabré que algo ha cambiado.
¡Súmese al debate!