El movimiento de Ciudades Sociables (o Ciudades Jardín) comenzó en 1899. Éste respondía a temas preocupantes tales como los asentamientos pobres en las ciudades, el crecimiento de las clases deprimidas sin vivienda, la pobreza en el área rural y urbana y la necesidad de una mejor calidad de vida para todos, no sólo unos pocos privilegiados.

Éste no es un único proyecto sino muchos (grandes y pequeños) alrededor del mundo. Como resultado millones de personas se encuentran viviendo en casas adecuadas en pueblos y ciudades.

Los principios establecidos por esas nuevas ciudades son tan aplicables hoy en día como hace cien años atrás y son los mismos que sirven de apoyo al desarrollo urbano sostenible – el uso frecuente del transporte público, la mixtura económica y social de las personas dentro de las colectividades locales, la provisión de vivienda y empleo próximos el uno del otro, la asociación del sector público y privado para el financiamiento y la provisión de la tierra, la participación de las poblaciones locales en el desarrollo y manejo de su urbanización y el cuidado del medioambiente

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