Un Litro de Luz usa materiales baratos, fácilmente disponibles para brindar una iluminación de alta calidad a las casas de comunidades pobres. Se colocan en el techo botellas de plástico recicladas, llenas de agua y un poco de lavandina, para brindar luz del día. Luego, se les pueden incorporar una lámpara LED, paneles microsolares y una batería para obtener un sistema de iluminación nocturna de bajo costo. Un Litro de Luz trabaja junto a la comunidad local para fabricar los sistemas de iluminación y generar trabajo en el lugar. Al adoptar medios sociales y la filosofía de una tecnología abierta, el proyecto ha crecido de cero a la iluminación de 160.000 casas en Filipinas, y ya se ha expandido en todo el mundo.

Descripción del Proyecto

¿Cuáles son sus fines y objetivos?

El uso de botellas de plástico como una manera de proporcionar iluminación en interiores a partir de la luz solar, desarrollado por Alfredo Moser, de Brasil, en 2002, inspiró a la Fundación MyShelter para utilizar la tecnología como un emprendimiento social.

La Fundación MyShelter (MSF, por sus siglas en inglés) es una ONG establecida por el emprendedor social Illac Diaz en 2006, con el fin de generar sostenibilidad y confiabilidad mediante proyectos de construcción de capacidades y creación de empleos. MSF lanzó Un Litro de Luz en 2011 en Filipinas en colaboración con estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y Alfredo Moser. Para respaldar la idea de generar sostenibilidad, MSF implementó un modelo de negocios de ‘emprendedor local’, en el que las lámparas de botellas son armadas e instaladas por la población local, que puede obtener un pequeño ingreso de los clientes a cambio de su trabajo.

El objetivo de Un Litro de Luz es brindarles a las comunidades pobres del país una fuente económica de luz que pueda producirse y distribuirse localmente. Se lo concibió como un programa abierto de producción propia que puede ser replicado de forma sencilla por cualquier persona del mundo, mediante el uso de materiales fácilmente disponibles y habilidades básicas de carpintería y electrónica. En vez de depender de tecnologías a grande escala, patentadas o importadas, el proyecto procuró crear un movimiento de iluminación ecológica popular, a partir del principio de que cualquiera puede, y debería, convertirse en un ingeniero solar.

¿En qué contexto opera?

Cientos de millones de personas viven en asentamientos informales en todo el mundo. Muchas de estas viviendas carecen de ventanas o de una iluminación adecuada, y, a menudo, los residentes recurren a querosén, velas o ingeniosos cableados para obtener luz, poniendo en riesgo su salud y seguridad en el proceso. Muchos otros, simplemente, viven sin luz. En general, la electricidad adecuada no es una opción, particularmente en Filipinas, donde veinte millones de filipinos (un cuarto de la población) viven por debajo de la línea de pobreza. En Filipinas se registran los precios de electricidad más altos de Asia y apagones constantes a causa de la desactualización de las usinas eléctricas.

Además, el país es vulnerable a eventos de meteorología extrema que provocan víctimas fatales y destrucción de propiedades e infraestructura.  El tifón Haiyan, que azotó la zona en noviembre de 2013, uno de los ciclones tropicales más fuertes que se haya registrado, destruyó 14 millones de casas y desplazó a millones de personas a niveles de pobreza aún peores. El proyecto ayuda en la rehabilitación de las zonas afectadas por el tifón, proporcionando capacitaciones y kits de botellas solares de luz nocturna (para hogares y calles) a los asociados y emprendedores populares locales.

¿Cuáles son sus características clave?

Un Litro de Luz (diurna) es un sistema de iluminación autofabricada asequible que permite que los rayos de sol ingresen a los hogares, escuelas y centros públicos por US$2 por unidad. Con botellas de plástico recicladas, 10 ml de lavandina y agua destilada, la botella se coloca de manera que atraviese los techos de acero galvanizado. La luz del sol es refractada a través de la botella para iluminar el espacio que está debajo con un resplandor de 55 vatios.

En 2012, Un Litro de Luz (nocturna) empezó a utilizar la base de datos de hogares que tuvieran lámparas de botellas de luz de día en sus techos, y a ofrecer un paquete para incorporarle a este sistema una lámpara LED de 1 vatio ($10/unidad) o 2 vatios ($15/unidad) con paneles microsolares y batería. Esto permitiría otras 10 horas de luz durante la noche. Con un simple panel de circuitos, un taladro y una soldadura, la luz LED solar nocturna se incorpora e introduce en la lámpara que ya está instalada.

El proyecto trabaja con cooperativas de mujeres para construir luces solares nocturnas a partir de un puñado de piezas, incluidos componentes reciclados y un nuevo chip de alta tecnología que garantiza que la luz dure 70.000 horas. Las botellas con agua se cubren con pantallas tejidas a mano, lo que permite una nueva aplicación para las habilidades locales de tejido de canastas, para las que ya no hay otro tipo de demanda.

Las réplicas se llevan a cabo equipando a asociados y emprendedores populares locales con herramientas básicas para fabricar e instalar lámparas de botellas de luz de día, y brindando capacitaciones para incorporar luz solar nocturna con la compra de kits de MSF, o mediante el abastecimiento de otras piezas de forma local. Hay guías detalladas sobre materiales e instalación disponibles en línea en videos con tutoriales y redes sociales para facilitar el uso y la réplica de la tecnología.

¿Cómo se financia?

Roche, Inc. y Pepsi otorgaron un subsidio inicial de $57.000 para capacitar a las comunidades, además de subsidios para ayudar en la rehabilitación de las zonas afectadas por el tifón Haiyan. Hasta 2014, Un Litro de Luz está financiado por un doble movimiento de efectivo proveniente de donaciones de $159.090 realizadas por Roche, y un ingreso de $15.230 por ventas. Este ingreso se obtuvo a través de la venta de luces terminadas o kits vendidos a otras ONG en las que MSF llevó a cabo capacitaciones sobre cómo hacer luces.

¿Qué impacto ha tenido?

Un Litro de Luz comenzó con un carpintero, una lámpara solar de botella y una instalación paga en un hogar en 2011. Al cabo de unos meses, el proyecto había realizado 15.000 instalaciones de lámparas solares de botella en 20 ciudades de Filipinas, y había comenzado a inspirar iniciativas locales en todo el mundo. Hasta la fecha, se han realizado más de 145.000 instalaciones en 100 ciudades de Filipinas.

La sencilla tecnología de iluminación genera empleos locales, enseña habilidades ecológicas y empodera a las comunidades del lugar.

Al instalar la lámpara solar de botella para el día, los residentes pueden ahorrar un promedio de $10 por mes en facturas de electricidad. Pueden utilizar estos ahorros para incorporar la lámpara nocturna (que cuesta $10), lo que les permite seguir acumulando ahorros en las facturas de electricidad. Esto les brinda un margen de ingresos para utilizar para necesidades cruciales.

Un Litro de Luz está incrementando la calidad de vida de miles de familias pobres de Filipinas, que no tienen acceso a la electricidad y utilizan peligrosas lámparas de querosén adentro de sus casas. Estas lámparas ofrecen una iluminación deficiente, contaminan y provocan problemas respiratorios e incendios. Con las lámparas solares de botella, los residentes pueden realizar sus tareas y actividades diarias de forma eficiente en una casa más iluminada.

Al tener una iluminación asequible no sólo se mejora el medioambiente de familias pobres urbanas y rurales, sino que también permite que los niños puedan hacer tarea y leer en casa.

Debido a los precios altos de la electricidad, los funcionarios de los gobiernos locales no pudieron iluminar las calles. Esto fue posible gracias a las económicas farolas solares de botella del proyecto ($60 cada una), que ayudaron a mejorar la percepción pública y el atractivo de los barrios, y a tratar problemas de seguridad. Además, muchos alcaldes del país apoyaron el inicio de emprendimientos sociales locales con las farolas solares y los kits de luces hogareñas del proyecto para aliviar la escasez de suministro de energía en sus pueblos y ciudades.

En asociación con la Autoridad de Educación Técnica y Desarrollo de Aptitudes (TESDA, por sus siglas en inglés), una entidad gubernamental que capacita a jóvenes y trabajadores, el proyecto ha capacitado a 572 voluntarios, en su mayoría mujeres y personas discapacitadas, así como a una variedad de unidades gubernamentales locales y organizaciones sin fines de lucro, sobre la construcción de farolas y luces hogareñas solares.

Gracias a las redes sociales y a la facilidad de su réplica, el movimiento se ha expandido a más de 160.000 hogares en Filipinas, y ha inspirado iniciativas locales en todo el mundo, llevando luz a 360.000 casas en más de 15 países. El proyecto se ha replicado en 15 países (Argentina, Bangladés, Brasil, Colombia, Egipto, India, Kenia, México, Nepal, Pakistán, Perú, España, Suiza, Tanzania, Uganda y Zambia), a través de asociaciones con emprendimientos sociales que recaudan sus propios fondos para llevar a cabo el proyecto en sus respectivas zonas. Cada país en el que funciona el proyecto ha desarrollado sus operaciones y programaciones a nivel local, pero comparte los conocimientos técnicos, lleva a cabo tareas de identificación y resolución de problemas, y realiza innovaciones en la tecnología mediante una colaboración abierta distribuida y llamadas de coordinación regulares, skype, correos electrónicos y redes sociales.

¿Por qué es innovador?

  • La innovación del proyecto reside en la utilización de materiales económicos, durables e inmediatamente disponibles para producir iluminación de alta calidad, permitiéndole a los pobres urbanos a tener acceso a una alternativa asequible a la luz eléctrica, amigable con el medio ambiente y de largo plazo para utilizar durante el día y la noche.
  • Un litro de Luz provee suficientes suministros y voluntarios para generar interés, pero su atención se centra en enseñar a una comunidad cómo manufacturar e instalar las lámparas solares de botella, con el objetivo final de crear micro emprendimientos ecológicos.
  • A través de adoptar el uso de redes sociales y la filosofía de la tecnología de código abierto, el proyecto ha crecido desde iluminar 160.000 viviendas en las Filipinas a proporcionar iluminación solar a comunidades alrededor del mundo.

¿Cuál es el impacto medioambiental?

Un Litro de Luz es una alternativa con cero emisiones de carbono para el uso de iluminación eléctrica o de combustión de hidrocarburos (querosén/gas). Los materiales utilizados se obtienen fácilmente, p. ej., botellas de plástico reutilizadas, y no requieren recursos adicionales para la fabricación. Las botellas de plástico de 1,5 a 2 litros desechadas se vuelven a utilizar y se reciclan para fabricar un sistema de iluminación, lo que ayuda a reducir los desechos plásticos. Con un poco de lavandina para prevenir la formación de moho y solo una cantidad de agua destilada suficiente para llenar la botella, la lámpara solar de botella de luz de día genera 55 vatios de resplandor mediante la refracción del sol, y dura hasta cinco años sin necesidad de sustituirla. Las lámparas LED del sistema de iluminación nocturna tienen una vida útil más prolongada y un mayor rendimiento energético que las lámparas incandescentes o fluorescentes.

Cada lámpara de luz de día ahorra 200 kilos de emisiones de carbono por año, y cada lámpara de iluminación nocturna, 350 kilos de emisiones de carbono por año, en comparación con una lámpara de querosén que emite 20 veces más carbono negro, con entre un 7 y un 9% de combustible quemado convertido en partículas de carbono negro (el carbono negro es un agente de absorción de luz solar muy potente, mucho más que el dióxido de carbono).

¿Cómo es su sostenibilidad financiera?

Los asociados corporativos ayudan a incrementar el impacto del proyecto mediante donaciones que aumentan la cantidad de kits que MSF puede fabricar, pero estas donaciones tienen un límite de tiempo, en general, de uno a tres años de duración.

No obstante, el ingreso obtenido a través de las ventas está creciendo. Al trabajar con un asociado local, el Centro de Diseño de Filipinas (instituto nacional para el diseño de productos), ahora, el proyecto fabrica lámparas comercializables con diseños tejidos para las lámparas solares de botella, lo que permite cobrar una tarifa superior.

Con una capacitación y herramientas sencillas, los asociados locales y los emprendedores populares pudieron replicar e instalar fácilmente las lámparas solares de botella, y obtener $0,50 de los clientes por cada lámpara de botella instalada. Los productos están disponibles en microtiendas de los barrios, y el proyecto suministra kits a dichas tiendas.

Las asociaciones con organismos gubernamentales, institutos, organizaciones sin fines de lucro y empresas privadas nacionales y locales permitieron que el proyecto se replicara en pueblos y ciudades de todo el país. El objetivo del proyecto es instalar 15.000 luces solares de botella en las provincias afectadas por el tifón Haiyan en 2014, y expandir el programa a zonas con escasez de energía en 12 provincias para el 2015.

¿Cuál es el impacto social?

El proyecto se coordina con organizaciones y comunidades locales, a las que se les brinda una capacitación inicial. Los técnicos trabajan con ellos, realizando más capacitaciones y emprendiendo instalaciones. Para reducir los costos de instalación, en general, los residentes u organizaciones locales recolectan y brindan los materiales utilizados, p. ej., botellas de refrescos utilizadas previamente para las lámparas solares de botella. Los residentes se ayudan mutuamente durante la recolección de materiales y la instalación de lámparas solares.

La mayor parte de los 350 afiliados que trabajan en la fabricación y el armado de las lámparas solares nocturnas son cooperativas de mujeres. El proyecto también capacitó a personas discapacitadas y grupos marginados económicamente para fabricar productos de iluminación solar. MSF ha establecido un centro de capacitación que realiza talleres para jóvenes, empresas y otros grupos interesados en ofrecer su tiempo como voluntarios para fabricar lámparas en sus comunidades. El proyecto también se asoció a escuelas técnicas e instalaciones carcelarias para brindar a las mujeres habilidades electrónicas comercializables y aumentar sus perspectivas laborales una vez que finalizan sus programas de capacitación o se reintegran a la mano de obra disponible.

Un Litro de Luz ha encendido la pasión de voluntarios y patrocinadores de todo el mundo, así como de los filipinos de las comunidades en las que se están instalando las lámparas solares. Incluso los niños de los barrios y los presos de las cárceles locales se están involucrando y están ayudando a fabricar lámparas de botella recicladas. Hasta la fecha, se han involucrado cerca de 4.000 estudiantes, voluntarios civiles y corporativos, y profesionales independientes a nivel global en la fabricación e instalación de lámparas solares de botella.

El proyecto trajo esperanza y luz a las familias azotadas por el tifón Haiyan. Al enseñarles maneras de obtener un alivio inmediato para sus comunidades a través de habilidades que ya tenían, el proyecto les brindó a estas personas una nueva perspectiva, así como el empoderamiento para liderar iniciativas de respuesta frente a catástrofes que ocurran en sus pueblos.

Obstáculos Encontrados

  • La utilización de pegamento durable, a prueba de filtros y de relleno es uno de los principales desafíos. Muchos grupos locales están experimentando con distintos pegamentos para encontrar la mejor solución en cuento a costo y calidad; los pegamentos en base a silicona o poliuretano han generalmente demostrado funcionar mejor.
  • Muchos pueblos han tenido problemas con la versión inicial de la serie de baterías unificadas, porque una batería se descargaba y tenía que ser reemplazada por completo a expensas del proyecto. A través de prueba y error, ahora se utiliza la correcta conexión paralela.
  • El acceso al conocimiento sobre mejoramiento de producto es limitado, ya que existen sólo unos pocos especialistas en el país. El proyecto trata de superar esto a través del aprendizaje de prueba y error y buscando asociaciones con especialistas y agencias de capacitación. El proyecto experimenta actualmente con el ensamblaje de paneles solares hechos de celdas solares de SunPower disponibles y, a través de un proceso lento, está aprendiendo cómo cortar las celdas solares y ensamblar los conectores a mano.

Lecciones Aprendidas

  • Un Litro de Luz (Noche) fue construido con un conocimiento rudimentario sobre cargadores de móviles e iluminación solar. Hubiera sido mejor buscar asociaciones en una etapa anterior del proceso para acelerar el desarrollo de producto.
  • A pesar de sus beneficios, aún no existe mucho apoyo financiero (por ejemplo, desgravación fiscal o programas de apoyo) de parte del gobierno para las tecnologías ‘verdes’ tales como la energía solar.
  • La vida de una persona puede mejorar dramáticamente a través de soluciones simples que son asequibles, usan materiales locales, son fácilmente replicables y generan fuentes de ingreso.
  • El uso de internet y de las redes sociales para compartir instrucciones/información sobre el proyecto  y para la coordinación con asociados ha resultado ser muy exitoso para diseminar ideas.

Evaluación

El proyecto tiene una base de datos de las familias con el sistema de luz diurno y se recomienda a las familias mantener un registro de sus cuentas de electricidad para monitorear sus ahorros. Luego de dos o tres meses de la instalación, el proyecto visita nuevamente a las familias, las censa en relación a sus ahorros de energía y también les ofrece un paquete para subir de categoría hacia el sistema de luz nocturna. MSF no ha llevado a cabo aún una evaluación de todo el proyecto Un Litro de Luz en las Filipinas.

Transferencia

MSF comenzó con un carpintero, una lámpara solar de botella y una instalación paga en una vivienda en 2011. Luego de meses, el proyecto completó 15.000 instalaciones de lámparas solares de botella en 20 ciudades en las Filipinas, y comenzó a inspirar a iniciativas locales alrededor del mundo. Hasta hoy, se han completado más de 145.000 instalaciones en 100 ciudades en las Filipinas. El proyecto busca instalar 15.000 lámparas solares de botella en las provincias afectadas por el Tifón Haiyan – Cebu, Iloilo y Leyte – en 2014 y expandir el programa hacia zonas pobres en energía en 12 provincias para 2015.

Local y Nacional: el trabajo de MSF y el éxito de Un Litro de Luz han sido posibles a través de asociaciones con agencias de gobierno, institutos, organizaciones sin fines de lucro y empresas privadas a nivel nacional y local. Estas asociaciones permiten replicar el proyecto en pueblos y ciudades a través del país.

Internacional: Un Litro de Luz es una red de asociados que comparten patrocinadores, mejores prácticas, y éxitos (o fracasos) en recaudación de fondos e implementación en comunidades. El proyecto ha sido replicado en 15 países (Argentina, Bangladés, Brasil, Colombia, Egipto, India, Kenia, México, Nepal, Pakistán, Perú, España, Suiza, Tanzania, Uganda y Zambia) a través de asociaciones con emprendimientos sociales que recaudan sus propios fondos para llevar a cabo el proyecto en sus áreas respectivas. Algunos países han realizado pequeñas adaptaciones al diseño. En países donde las baterías o celdas solares no están disponibles, MSF envía estos materiales con muestras e instrucciones, y comparte con ellos la información sobre los proveedores.