El complejo de viviendas sociales Space-S, en Eindhoven, Países Bajos, es único en el sentido de que quienes lideraron —y lideran— las actividades de diseño, desarrollo y gestión son los residentes.
El proyecto de colaboración, diseñado y desarrollado por un estudio de arquitectos de Eindhoven (Inbo), una asociación de vivienda (Woonbedrijf), la organización de gestión de procesos 12N Urban Matters y los propios residentes, empezó con una convocatoria abierta (en Internet y en eventos locales) destinada a inquilinos potenciales interesados en participar en el diseño del espacio.
Al principio, participaron en el proyecto más de 1.000 inquilinos potenciales, con el objetivo de ofrecer viviendas asequibles de alta calidad en una comunidad inclusiva. Alrededor de 600 residentes siguen gestionando muchos aspectos del complejo de viviendas y poniendo en práctica ideas nuevas para su desarrollo. El proyecto proporciona alojamiento de calidad alta por aproximadamente la mitad del precio que tendría un apartamento similar en el centro de la ciudad, y alienta a personas de todos los contextos a vivir en comunidad, incluidas las más vulnerables.
El complejo de viviendas, basado en un sitio llamado Strijp-S, forma parte de un esquema a gran escala para regenerar un amplio predio industrial en desuso, que fue la base principal de producción de la empresa de electrónica Philips, que, a fines de la década de 1990, fue disminuyendo sus actividades hasta cerrar, durante un período de 20 años. Philips había sido el mayor empleador de la zona y, cuando cerró sus plantas, miles de ingenieros e investigadores calificados se quedaron sin trabajo, y muchos de ellos querían permanecer en Eindhoven.
Una de las seis áreas residenciales de Strijp-S, Space-S, es una iniciativa desarrollada y financiada de forma independiente. Woonbedrijf concibió y financió el proyecto, e Inbo trabajó con los futuros residentes para diseñar los edificios y los espacios comunitarios, mediante talleres organizados para garantizar que los procesos de diseño fueran inclusivos y accesibles, incluso para las personas con discapacidades, dificultades de aprendizaje y autismo.
Este enfoque generó un sentido constante de empoderamiento de los residentes y de cohesión en la comunidad. Este es un ejemplo sumamente exitoso de un proyecto que tomó los principios de la vivienda liderada por la comunidad y los aplicó al desarrollo de una asociación de vivienda.
El proyecto en la práctica
Desarrollado y financiado por Woonbedrijf sin subsidios públicos, el proyecto se propuso erigir un complejo de viviendas creativo y participativo para personas de bajos ingresos. La municipalidad identificó un lote específico de 30.000 metros cuadrados y se lo ofreció a Woonbedrijf. Las asociaciones neerlandesas de vivienda social son entidades privadas sin fines de lucro que persiguen objetivos sociales dentro de un marco de leyes y normativas nacionales. De forma colectiva, poseen tres millones de casas —tres cuartos del total de viviendas alquiladas (75 por ciento) del país. La mayoría de las casas de las asociaciones de vivienda son sociales, es decir que se alquilan por valores inferiores a los del mercado a personas de ingresos bajos o medios bajos.
Space-S incluye 402 apartamentos repartidos en un complejo de siete edificios, rodeados de espacios verdes comunes al aire libre de acceso público, como patios y jardines en los techos. Se trata de una combinación de diferentes tipos de viviendas: apartamentos, estudios, viviendas para estudiantes y casas con espacio adicional para pasatiempos o trabajos específicos. Además, hay “estudios de vivienda protegida”, que se desarrollan y alquilan a grupos especialmente vulnerables, en colaboración con organizaciones sociales.
En Space-S, viven alrededor de 600 personas. Tres cuartos de los residentes tienen entre 30 y 50 años, mientras que uno de cada cinco (20 por ciento) son estudiantes, y uno de cada 20 (5 por ciento) tienen más de 50 años. Casi todas estas personas —nueve de cada diez (90 por ciento)— son neerlandesas, y el resto —una de cada diez (10 por ciento)—, son estudiantes internacionales de diferentes países.
El proyecto Space-S empezó en diciembre de 2012. El objetivo era cambiar el sector de la vivienda social al darles a los residentes control sobre el desarrollo desde el principio, en la etapa de diseño, y crear una comunidad inclusiva y asequible, en la que estudiantes, familias, profesionales, personas solteras, parejas, personas con dificultades de aprendizaje y discapacidades, y estudiantes de otros países vivieran juntos.
Se invitó a personas que podrían residir allí en el futuro a participar en el proyecto mediante una convocatoria abierta en redes sociales y anuncios locales, y se incluyó a grupos marginados específicos que recibieron la invitación a través de organizaciones sociales. El compromiso con Space-S fue crucial desde el principio. Cuanto más participaban, mayores eran las chances de que accedieran a un apartamento (con algunas excepciones en el caso de personas para las que participar representaba un desafío).
Entre 2013 y 2014, reuniones y talleres garantizaron un proceso de diseño inclusivo, antes de que se elaboraran diseños preliminares. El proceso de diseño se realizó en etapas, mediante “laboratorios” en los que se abordaron temas específicos que los futuros residentes querían debatir. Una vez que se confirmó el diseño definitivo y se otorgaron los permisos, empezó el trabajo de construcción en 2015. El proyecto se completó en junio de 2017.
Los residentes de Space-S siguen gestionando el proyecto y son responsables del cobro de los alquileres, de buscar candidatos para los apartamentos vacíos, de gestionar los espacios comunes y de organizar iniciativas nuevas.
No hay otro proyecto similar en los Países Bajos, en el que los residentes hayan tenido una influencia tan fuerte sobre el diseño del espacio y la administración de las actividades. Los residentes se involucraron tanto, que crearon un plan alternativo para el lote, que prevé más edificios de los que estimó el planificador urbano responsable del área (que recomendó uno o dos). También modificaron la disposición estándar de los apartamentos, de manera que permita variaciones para satisfacer las necesidades diversas de cada hogar, e hicieron hincapié en el uso de espacios comunes y verdes. Los residentes lograron convencer a la municipalidad para que aceptara el plan que propusieron.
Impacto social y ambiental
El proyecto proporciona a los residentes viviendas seguras y sostenibles en el largo plazo. Los valores de los alquileres en Space-S están regulados por la asociación de vivienda. Esto significa que casi todos están por debajo del límite de los subsidios para alquiler y son significativamente más bajos que los precios promedio del mercado de alquiler en Eindhoven. El complejo también contribuye con una recuperación más amplia de Strijp-S, ya que impulsó la economía de la ciudad y cambió su característica central de una ciudad industrial a un polo creativo y de innovación. También permitió la participación de una combinación más diversa de residentes, que incluye a personas con bajos ingresos y con discapacidades, para que ayudaran a dar forma a esta recuperación.
La cooperación de la comunidad y la cohesión local son los cimientos de Space-S. Al estar involucrados desde los inicios del proyecto, los residentes desarrollaron un sentido colectivo de participación y orgullo con relación a este. El diseño de los edificios fomenta lazos comunitarios fuertes a través de espacios compartidos, y promueve la convivencia de diferentes generaciones.
La abundancia de vegetación en el diseño promueve la biodiversidad y tiene otros efectos positivos: absorbe el polvillo, limita las fluctuaciones de temperatura y minimiza la desecación del suelo.
El futuro
Inbo se ha involucrado en una serie de programas en los Países Bajos en los que utilizó un enfoque similar al de Space-S, pero, hasta el momento, ninguna otra organización adoptó el proyecto y la perspectiva que este utiliza con la misma escala. El principal obstáculo para su replicación es que, en el sector de la vivienda social, se suele pensar que el hecho de involucrar a los residentes implica más tiempo y dinero. En el caso de Space-S, esto no fue así.
En Inbo piensan que los resultados positivos del proceso de cocreación que se utilizó en Space-S se están haciendo más evidentes, y siguen notando un fuerte interés en el proyecto.