Tras la declaración de la independencia en 1980, Zimbabue experimentó una migración masiva de las zonas rurales a las ciudades, pero la falta de un desarrollo de viviendas provocó el crecimiento rápido de asentamientos informales en los pueblos y ciudades más importantes de todo el país. En 2005, el gobierno inició una campaña nacional de limpieza de asentamientos informales, en la que desalojó a miles de personas para demoler sus hogares.
Durante dicha campaña, los residentes de asentamientos informales se reubicaron en campamentos provisorios, como el campamento Dzivarasekwa Extension, en Harare, que no contaban siquiera con servicios básicos. Dos años más tarde, el gobierno aceptó mejorar el asentamiento y adjudicó terrenos para que los residentes pudieran seguir viviendo allí, a fin de evitar más desalojos y reubicaciones.
A esta decisión le siguió, en 2010, la firma de un memorándum de entendimiento entre el Dialogue on Shelter for the Homeless in Zimbabwe Trust, la Zimbabwe Homeless People’s Federation y el Municipio de Harare, que se centró en la promoción de las mejoras de los asentamientos informales de toda la ciudad. Esto proporcionó el marco para un enfoque nuevo y radical mediante el que las autoridades de la ciudad colaboran con las comunidades de los asentamientos para brindar mejoras in situ.
Dzivarasekwa se eligió como el primer asentamiento en el que se realizarían mejoras en el contexto del Proyecto de Mejora de Asentamientos Informales de Harare (HSUP), debido al hecho de que ya se habían adjudicado tierras a la Federación. Las lecciones que se aprendieran del Proyecto de Mejora de Asentamientos Informales en Dzivarasekwa Extension luego se usarían para mejorar otros asentamientos de la ciudad.
En Dzivarasekwa, el trabajo empezó en 2011, y hoy 408 familias (alrededor de 2.050 residentes) accedieron a la tenencia segura de la tierra, se construyeron 336 casas y 1.344 personas consiguieron un lugar donde vivir. Los servicios de saneamiento mejoraron, gracias a la instalación de 29 baños ecosan (en sustitución de las letrinas de hoyo) y de un sistema hidráulico con alimentación solar. También se construyó un centro comunitario y se asfaltaron calles.
Entre 2012 y 2018, se mapearon otros 71 asentamientos informales, para los que se diseñaron perfiles, de acuerdo con el HSUP, y ya se pusieron en marcha iniciativas para la mejora de 9 asentamientos más de Harare, mediante el modelo piloto de Dzivarasekwa.
El proyecto en la práctica
El proyecto de Dzivarasekwa tuvo tres objetivos principales: mejorar las condiciones de vida de los residentes; promover prácticas del gobierno local que fomenten la inclusión de las personas que viven en situaciones de pobreza urbana; y desarrollar un modelo para la mejora de otros asentamientos informales dentro del marco del HSUP.
Las organizaciones involucradas en la ejecución del HSUP tienen diferentes funciones. La alianza entre el Dialogue on Shelter for the Homeless in Zimbabwe Trust y la Zimbabwe Homeless People’s Federation es responsable de los inventarios y la documentación, la provisión de mano de obra y servicios de construcción, y la movilización de la comunidad. El Municipio de Harare es responsable de la instalación de infraestructura, la inclusión de calles, sistemas hidráulicos y de desagüe, la provisión de conocimientos técnicos y la supervisión. Un comité de gestión del proyecto – conformado por representantes de la comunidad, la alianza y el Municipio de Harare— supervisa el programa de mejoras.
Los miembros de la comunidad participaron en cada etapa de la iniciativa de Dzivarasekwa, a fin de garantizar que las mejoras reflejaran las prioridades de los residentes. Estos realizaron tareas de recopilación de datos, elaboración de mapas e inventarios, mejora de servicios, y planificación y construcción de casas.
Se desarrollaron tres diseños arquitectónicos para las casas nuevas, mediante consultas a la comunidad y visitas a otros sitios. Estos se debatieron durante las reuniones comunitarias hasta que los miembros estuvieron de acuerdo en adoptar un diseño semiadosado, que reducía los costos de construcción (ya que se comparten paredes). Los residentes ayudaron a cavar zanjas e instalar cañerías de agua y desagüe. Por otro lado, el proyecto incluyó capacitaciones de artesanos, de las que se conformaron equipos de plomeros y albañiles que construyeron las casas.
La selección de los beneficiarios de las viviendas estuvo a cargo de miembros de los programas de ahorro comunitario que conforman la Federación de Personas Sin Techo de Zimbabue. Dicha selección se basó en los ingresos y la situación laboral de la familia, y, en general, se priorizaron los hogares dirigidos por niños, ancianos o mujeres. El costo promedio por casa de 24 metros cuadrados fue de 2.400 dólares, y estuvo a cargo del residente, con un préstamo del grupo de ahorros.
El proyecto también documentó los desafíos relacionados con la asignación de viviendas que enfrentaron las personas de bajos ingresos. Esto ayudó a que los socios del proyecto y otras partes interesadas identificaran normativas que dificultan el otorgamiento de viviendas de bajos ingresos en la medida de las necesidades de la ciudad, e hicieran recomendaciones al Municipio de Harare.
La financiación del proyecto provino del HSUP, que recaudó 5 millones de dólares, incluida una contribución de 3,8 millones de dólares de la Fundación Bill y Melinda Gates, y de alrededor de 600.000 dólares de los propios integrantes de la comunidad, en forma de préstamos o pagos de las casas, y dinero de los grupos de ahorros.
El Mecanismo de Financiación para Mejoras de Asentamientos Informales de Harare (HSUFF, por su sigla en inglés) se desarrolló como parte del proyecto de Dzivarasekwa, a fin de proporcionar sostenibilidad financiera y de ampliar la iniciativa a otros asentamientos. El HSUFF comenzó en 2014, con un fondo inicial de 200.000 dólares —120.000 dólares del Municipio de Harare, 50.000 de Dialogue on Shelter y Slum Dwellers International (SDI), y 30.000 dólares de la Zimbabwe Homeless People’s Federation. En total, se otorgaron 355 préstamos a 110 grupos para 550 familias. Estos préstamos financiaron proyectos de generación de ingresos, mejoras hidráulicas y de saneamiento, viviendas y adquisición de tierras.
Impacto social y ambiental
Al permitir el acceso a una tenencia segura de la tierra y servicios urbanos, el proyecto mejoró las condiciones de vida de miles de personas de bajos ingresos en Dzivarasekwa. El centro comunitario ofrece un espacio para reuniones, actividades de desarrollo de la primera infancia y para que los jóvenes aprendan sobre la documentación basada en tecnologías de la información y la comunicación (ICT, por su sigla en inglés) de las iniciativas para la mejora de asentamientos informales.
En la actualidad, Dzivarasekwa, al igual que otros asentamientos informales, se reconoce como parte de la ciudad y, por lo tanto, tiene más protagonismo en el cronograma de desarrollo. Esto integra a los residentes de estos asentamientos con la comunidad en general y ayuda a garantizar su derecho a una vivienda y el acceso a servicios básicos. El proyecto también fue decisivo para la creación de la Estrategia para la Mejora de Asentamientos Informales de Harare en 2012, y, gracias a esto, ahora los residentes saben más sobre los procesos de la ciudad, incluidos sus derechos y obligaciones.
El proyecto sentó un precedente de compromiso positivo entre las autoridades locales y los residentes de asentamientos informales, tras décadas de hostilidad, desalojos y demoliciones. La iniciativa destaca cómo las asociaciones genuinas entre autoridades locales y comunidades de asentamientos informales pueden convertirse en plataformas que sirvan de base para la implementación de iniciativas favorables para asentamientos pobres.
En los trabajos de mejoras de Dzivarasekwa se incluyeron soluciones energéticas respetuosas con el medioambiente. Algunas de ellas fueron la instalación de un pozo de perforación con alimentación solar, iluminación solar de áreas públicas y lámparas solares para los hogares. Se capacitó a 30 mujeres sobre la gestión de residuos sólidos, y algunas de ellas ahora trabajan en la industria del reciclaje. La introducción de baños ecosan ayudó a gestionar problemas de salud pública y a seguir protegiendo el medioambiente al evitar la contaminación de las napas de agua subterránea con letrinas de hoyo, que eran la vía principal de saneamiento en Dzivarasekwa.
El futuro
Las lecciones que se aprendieron con el proyecto de Dzivarasekwa ya se están implementando en otras iniciativas del HSUP de todo Harare, e incluso se han trasladado a otras ciudades de Zimbabue, como Masvingo, donde el concejo municipal respaldó la construcción de 1.000 baños ecosan.
Sin embargo, la replicación del proyecto enfrenta algunos obstáculos, como una falta de voluntad política dentro del Municipio de Harare para implementar los principios subyacentes de la estrategia para la mejora de asentamientos informales, lo que generó una inconsistencia en las políticas. La crisis de liquidez de Zimbabue también tuvo un impacto en la emisión y el reembolso de préstamos a través del HSUFF. En 2019, los fondos se interrumpieron de forma provisoria, pero el proyecto sigue funcionando con un capital de aproximadamente 200.000 dólares, que sigue creciendo.
Más allá de estos desafíos, el innovador enfoque de asociación del proyecto de Dzivarasekwa provocó un cambio de postura ante las mejoras de asentamientos informales y definió una nueva relación entre las autoridades de la ciudad y las zonas de pobreza urbana. La iniciativa ya transformó las condiciones de vida de miles de familias vulnerables, y les brindó voz y voto a personas de bajos ingresos para que decidan sobre el futuro de su ciudad.
Vea el resumen completo del proyecto aquí – disponible sólo en Inglés