Los índices de pobreza en Argentina se encuentran en el peor momento de los últimos 20 años, lo cual se agrava por la inflación y precios de alquileres desorbitantes. Muchos de los residentes de Buenos Aires están viviendo por debajo de la línea de pobreza y no les alcanza para pagar una vivienda decente. 

El Movimiento de Ocupantes e Inquilinos o MOI (formalmente constituido como Federación de Cooperativas Autogestionarias) cuenta con una trayectoria en la lucha para combatir la pobreza y las injusticias relacionadas con el hábitat y la vivienda en Argentina. Además, es la organización que acompaña a la Cooperativa La Fábrica, que ofrece 50 casas asequibles y con diseños adecuados. La iniciativa representa un salvavidas crucial para personas y familias de bajos ingresos, ya que les posibilita un ingreso a viviendas seguras y dignas, con pleno acceso a actividades laborales y de ocio en la ciudad.  

Inicialmente, la estructura de La Fábrica era un complejo fabril textil, pero hoy ofrece viviendas a 150 personas, 40 por ciento de las cuales se encuentran por debajo de la línea de pobreza. La construcción se inició en 2007, y, en 2017, se mudaron los residentes. Ese grupo permanece intacto. Las viviendas consisten en dúplex de dos, tres o cuatro dormitorios. Cada una de ellas cuenta con patio privado y espacio de estar en doble altura. La Fábrica también incluye patios comunes, un salón de usos múltiples y un local comercial, que interactúan de modo armonioso con el barrio circundante.  

La comunidad de La Fábrica se formó en el marco de creación de cooperativas del MOI, y se constituyó en una de las primeras experiencias autogestionarias de hábitat popular en Argentina. Esto tuvo lugar en el marco de la Ley 341 y su Programa de Autogestión de la Vivienda (PAV), la primera ley de autogestión en el país, de la cual el MOI fue actor motor para su cierta existencia. 

Las participantes (en su mayoría mujeres) se seleccionan en función de sus necesidades de vivienda y su cierta participación cotidiana. Las cooperativas, mediante un trabajo articulado con la Federación y sus Equipos Profesionales Interdisciplinarios (EPI), recorren una etapa de capacitación preliminar denominada “Guardia”. Durante esta etapa, toman decisiones fundamentales sobre el acceso al suelo, el modelo de propiedad y la organización de la Unidad Social de Producción Autogestionaria (USPA). 

También se aloja a los futuros residentes en viviendas asequibles provisorias a través de Programas de Vivienda Transitoria (PVT), para que tengan un lugar para habitar durante el proceso, y para que accedan a una primera experiencia formativa de convivencia cooperativa. 

El proceso enfatiza el desarrollo de habilidades, la participación de la comunidad y la gestión colectiva de los espacios compartidos. Este modelo desafía las formas de propiedad tradicional, y hace que los residentes sientan que tienen más voz e influencia con respecto a sus futuras casas. 

Impacto social 

Un modelo triactoral conforma la Unidad Social de Producción Autogestionaria (USPA). Esta incluye lo siguiente: 

  • La Cooperativa de vivienda, para el empoderamiento de los residentes que la constituyen, tiene un rol fundamental en el desarrollo del proyecto. Los residentes tienen una participación activa en la toma de decisiones, desde las etapas iniciales de planificación, hasta los aportes en ayuda mutua (sweat equity) durante la construcción. 
  • La Cooperativa de trabajo “Casa Base” es el área de mano de obra capacitada para la ejecución de las construcciones. Aporta trabajadores calificados, máquinas y herramientas, lo que garantiza una construcción de alta calidad. También genera oportunidades de trabajo para residentes de otras cooperativas del MOI y de organizaciones hermanas, lo que impulsa un empoderamiento económico para la comunidad más amplia. 
  • El Equipo Profesional Interdisciplinario (EPI) del MOI brinda apoyo arquitectónico, legal, social y contable durante todo el proceso. Ayuda a superar obstáculos legales, así como a seguir las prácticas recomendadas para la construcción, y brinda asistencia a la comunidad para un eficiente trabajo colectivo.  

El impacto social de La Fábrica va más allá de la provisión de viviendas. El MOI impulsa la Estratégica Concepción de Hábitat, integralidad generadora de las siguientes actividades: 

  • Un jardín de infantes por cuyas aulas ya pasaron más de 500 niños. 
  • Una certificación comunitaria que ha ayudado a 100 mujeres y jóvenes a completar los estudios secundarios. 
  • El Programa de Integración Comunitaria (PIC), que, desde una perspectiva antimanicomial de la salud mental, ofreció espacios de vida digna para 10 externados de hospitales psiquiátricos.  
  • Un Programa de Vivienda Transitoria (PVT), que permite a las familias habitar un espacio para tener una experiencia inicial de convivencia cooperativa, y ofrece una solución habitacional provisoria durante las etapas de formación cooperativa, la lucha por el acceso al suelo, la elaboración programática-proyectual y la ejecución del hábitat (en La Fábrica, la construcción duró 10 años). 

De modo más general, La Fábrica y sus iniciativas de vivienda hermanas no habrían sido posibles sin el trabajo histórico del MOI y la creación de la Ley 341 en Buenos Aires, que factibiliza la financiación y garantiza los derechos de las y los ciudadanos a un hábitat bello, a una vivienda digna y a una ciudad sin expulsores ni expulsados.  

Impacto ambiental 

Al reutilizar la estructura edilicia existente, La Fábrica generó un ahorro de carbono incorporado. También se usaron materiales locales y, siempre que fue posible, se reutilizaron los existentes. La construcción de muros dobles con cámaras de aire mejoró el aislamiento natural, así como la inclusión de claraboyas en todas las casas maximizó la luz natural, lo que redujo el consumo de energía. Estas estrategias expresan un profundo compromiso con la protección del medioambiente. 

Financiación 

El costo del proyecto fue de 1,5 millones de dólares, provenientes del presupuesto de la Ley 341 y su Programa de Autogestión de la Vivienda (PAV), operado con un préstamo del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC). El préstamo ofrece una tasa de interés del cero por ciento y un plazo de devolución de 30 años. La Cooperativa es responsable de dicho monto, así como de una tasa de mantenimiento mensual mínima. Estas condiciones reducen significativamente los costos de la vivienda para los cooperativistas (358 dólares por metro cuadrado, en comparación con hasta 2.000 dólares por metro cuadrado para propiedades equivalentes a la venta en la zona), lo que convierte a La Fábrica en una solución de vivienda y hábitat realmente asequible. 

Transferibilidad y expansión 

Hoy, el MOI propone proyectos similares y gestiona terrenos y financiamiento para nuevas viviendas en Rosario y Santa Fe. Centrado en impulsar políticas públicas de producción autogestionaria de hábitat popular, a tales efectos, requiere el apoyo de los gobiernos locales (tanto a nivel municipal como provincial) para implementar nuevos Proyectos Cooperativos Autogestionarios, especialmente para los grupos más vulnerables. 

La estrategia del MOI hacia el futuro es que la Ley 341 sea reconocida a nivel nacional. Para esto, se están operando presentaciones en el Congreso de la Nación del Proyecto de Ley Nacional de Producción Social Autogestionaria de Hábitat Popular (PSAHP). 

Si bien una visita a FUCVAM (ex ganadora de los Premios Mundiales del Hábitat, en Uruguay) en 1990 brindó inspiración a los residentes de La Fábrica en las primeras etapas del proyecto, el MOI, a su vez, comparte sus conocimientos y prácticas a nivel regional con organizaciones autogestionarias que integran la Secretaría Latinoamericana de la Vivienda y el Hábitat Popular (SELVIHP), en Chile, Brasil, Perú, Venezuela, Ecuador, Panamá y México, ámbito de nuestra Patria Grande conformado en 1990 en Montevideo. 

Por qué son ganadores de los Premios Mundiales del Hábitat 

El enfoque único de triple frente del MOI ofrece a los proyectos de viviendas cooperativas el apoyo que necesitan, alienta la diversidad y la inclusión, y promueve el empoderamiento económico, la Estratégica Concepción Autogestionaria y el derecho a la belleza para el hábitat de nuestro pueblo. La Fábrica demuestra que, a pesar de las graves condiciones económicas actuales, es posible y necesario construir una comunidad sólida, con viviendas hermosas, de asequibilidad permanente y responsabilidad ambiental, así como generar mejores condiciones legales para las personas más vulnerables de la sociedad. 

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