Este proyecto iniciado y administrado por la comunidad, implica un modelo de fondo comunitario, para la legalización de la tierra y la construcción de vivienda, para las familias de bajos ingresos. Éste, enfatiza el papel de la mujer, quienes reciben capacitación en prácticas de construcción, liderazgo comunitario, activismo y negociación con autoridades públicas. La financiación se realiza por medio de una mezcla entre, ahorros de los residentes, préstamos de microcrédito y un fondo rotatorio. A la fecha un total de 152 casas han sido construidas, así como, diferentes instalaciones para la comunidad y el enfoque, está actualmente siendo usado por grupos comunitarios en otras localidades de Bolivia.

 

Descripción del Proyecto

Fines y Objetivos

  • Asegurar el derecho a la tierra y a una vivienda digna y asequible, para familias de ingresos bajos, asegurando la tenencia y el acceso a los servicios, particularmente para mujeres y niños.
  • Conservar la accesibilidad financiera a largo plazo por medio de propiedad colectiva y el uso de construcción tradicional de ayuda mutua y sistemas de ahorros.
  • Promover un movimiento político autónomo de familias, asociadas por una lucha común, en busca de los servicios urbanos, involucrando, procesos de autoayuda comunitaria.
  • Demostrar, un acertado acercamiento a largo plazo, el cual los gobiernos locales y nacionales pueden adoptar para mejorar sus políticas de vivienda social.

Contexto

La política de vivienda social boliviana, ha excluido tradicionalmente a los más pobres del país, quienes por lo general, trabajan en el sector informal y por lo tanto no tienen derecho a la vivienda proporcionada por el gobierno o no pueden permitirse hacerse cargo de una hipoteca.

Como consiguiente, las familias típicamente de ingresos bajos, a fin de obtener su vivienda, comienzan el proceso, comprando un lote en el mercado informal, el cual, usualmente, carece de servicios y titulación reglamentaria. Sin el acceso a préstamos formales o hipotecas, ellos deben contar con sus propios ahorros y construir progresivamente, durante largo periodo de tiempo. Los servicios y la infraestructura necesaria, son gradualmente conseguidos, combinando esfuerzos comunitarios y ejerciendo presión sobre las autoridades locales, para lograr el suministro de los servicios básicos. La situación se ha agudizado, en los años recientes, debido al incremento del valor de la tierra y a la especulación, tanto en los mercados formales como en los informales, lo cual,  ha obstaculizado, el acceso a la tierra para familias de ingresos bajos.

La titulación de la tierra y la propiedad, así como los contratos de alquiler, son tradicionalmente, realizados a nombre del hombre, situando a las mujeres y a los niños,  en un estado de vulnerabilidad, en el caso de separación. El hacinamiento en la vivienda de alquiler, agrava la violencia doméstica. Este proyecto, fue iniciado para direccionar los factores claves del incremento del valor de la tierra y la especulación, la desigualdad de género y la violencia doméstica y la carencia de mecanismos de financiamiento de vivienda para los más pobres.

Características Principales

Iniciado en 1999 por un grupo de mujeres, cabezas de familia, sin hogar, este proyecto implica un modelo de fondo colectivo, para la legalización de la tierra y la construcción de vivienda, para las familias de bajos ingresos. En principio, un préstamo fue obtenido por una de las mujeres del grupo, que entonces compró un extenso terreno, en las afueras de Cochabamba. La tierra fue dividida en lotes de 200 y 300 metros cuadrados, y los gastos proporcionales, fueron pasados a los otros miembros del grupo, a un precio de US$3/m². Las mujeres poco a poco, comenzaron a construir sobre el terreno, el cual había sido comprado informalmente y no tenía el permiso de planificación reglamentario, puesto que estaba localizado, en un área demarcada para el uso agrícola, a pesar de que estas tierras particularmente, se encontraban en una ladera empinada, no conveniente para tal uso, es así que desde entonces, se ha llevado un proceso para regularización de la tenencia de la tierra.

Los beneficiarios principales del proyecto, son las 250 familias de ingresos bajos que han adquirido la tierra en la Comunidad María Auxiliadora. Con familias promedio de seis personas, casi la mitad de dichas familias en la comunidad, ganan menos de US$1 diario y casi tres cuartos de los residentes están desempleados (23 por ciento) o trabajando en el sector informal (47 por ciento).

Todas las viviendas han sido construidas por la comunidad, mediante un proceso de ayuda mutua, basado en el modelo de vivienda cooperativa uruguayo, con la asistencia técnica proporcionada, por ONG’s asociadas. La construcción por ayuda mutua se realiza los domingos y cada familia debe contribuir con un mínimo de tres a cuatro horas de trabajo semanales. El proyecto, además de la construcción de viviendas, se ha  ampliado para incluir diversas instalaciones comunitarias, instalaciones para el reciclaje de los deshechos sólidos y aguas residuales y actividades para generar ingresos. Las instalaciones comunitarias, incluyen una guardería, un parque infantil, biblioteca, la oficina del comité barrial, centro de reciclaje y una cancha de fútbol.

La tierra y la vivienda en la Comunidad María Auxiliadora, no pueden ser alquiladas: Se deben usar solo para albergar la familia. Aquellos que han comprado su terreno y no han construido, aún su casa, no pueden ser dueños ausentes, es decir, ellos deben construir su casa y mudarse a la comunidad o retirarse de la comunidad y el valor de la tierra se reembolsa. Un total de 152 casas, han sido construidas hasta la fecha y el sistema de propiedad colectiva de la tierra, ha mantenido los costos de los lotes y ha conservado la accesibilidad financiera a largo plazo para las familias de ingresos bajos. La propiedad puede ser pasada a otros, por medio de la comunidad, con un valor asequible, resultante del precio inicial del lote más el valor de la casa. El proyecto tiene un enfoque de género bastante fuerte y la titulación de la tierra es dispuesta a nombre de la mujer. El papel del líder de la comunidad, también es reservado para una mujer, rol que es sostenido por periodos de dos años; de esta manera, el abuso de poder es evitado y todas las mujeres son alentadas a tomar responsabilidades de liderazgo.

Familias de ingresos bajos, con niños y particularmente encabezadas por mujeres quiénes están sin hogar, tienen prioridad en el proceso de selección.

Costos

El costo del terreno de 16.8 hectáreas fue de US$276,000, el cual, fue comprado por una de las mujeres del grupo, con un depósito inicial de US$36,000, obtenido por medio de un préstamo bancario y un préstamo personal. La tierra fue subdividida entonces y los gastos proporcionales, fueron pasados a los otros miembros del grupo. Un arreglo fue hecho con el antiguo dueño, a través del cual, la deuda sería reembolsada gradualmente, por medio de los pagos recibidos de los residentes para los lotes individuales del terreno. Este sistema es bastante usado en el mercado informal de tierra y el valor pendiente actual de US$23,200, valor que está igualmente siendo reembolsado. Las familias pueden vincularse al proyecto con un pago inicial, bastante bajo de US$10 y pagos mensuales mínimos de US$10.

La financiación para la construcción de las viviendas, ha sido obtenida de diversas fuentes, incluyendo, ahorros de los residentes, préstamos de ONG’s como Fundación Pro-Hábitat y Hábitat para la Humanidad y el trabajo proporcionado por el proceso de ayuda mutua para la construcción. Las casas son construidas, sobre un esquema progresivo. Los préstamos proporcionados por Fundación Pro-Hábitat, tienen una tasa de interés anual del 12 por ciento y el pago es diferido, en período de tres a cinco años, con cuotas mensuales, en promedio de US$45. Los préstamos de Hábitat para la Humanidad, son dados al cero por ciento de  interés y son prorrogados por períodos de hasta diez años, con un reembolso mensual mínimo promedio, entre US$25 y US$30. Aunque, el precio de reembolso del préstamo, es alto, sólo una casa, hasta ahora, no ha podido cubrir los pagos, debido a un cambio de circunstancias personales. En este caso, un arreglo alternativo ha sido realizado y el préstamo, está siendo reembolsado en cuotas mensuales más pequeñas.

La infraestructura y las instalaciones comunitarias, han sido financiadas por ahorros de los residentes, así como por donaciones financieras o en especie, otorgadas por diferentes ONG’s. En algunos casos, la administración municipal ha cubierto los gastos de la dotación de infraestructura. Los gastos directos a los residentes,  para toda la infraestructura e instalaciones de comunidad sumaron, US$177 por casa. Con el costo del lote de terreno, entre US$600 y US$900 y el costo de construcción de la vivienda, entre US$1,000 a US$10,000, lo cual  genera un gasto total por casa, entre US$1,777 a US$11,077.

Impacto

  • El proyecto, ha reducido enormemente la vulnerabilidad de las familias de ingresos bajos que no tenían antes acceso a crédito, vivienda digna o a la tenencia segura de la tierra.
  • Las mujeres en particular han sido fortalecidas y la violencia doméstica ha sido reducida.
  • El proyecto ha movilizado las familias y ha desarrollado un espíritu de solidaridad y acción colectiva.
  • La experiencia ha tenido un impacto positivo en ONG’s bolivianas, convenciéndolos exitosamente, del valor de la propiedad colectiva de la tierra y la gran importancia de situar los temas relacionados con la legalización de la tierra urbana, en la agenda.
  • La Constitución boliviana, tiene en cuenta, la propiedad colectiva de la tierra, aunque esto ha sido tradicionalmente aplicado sólo en las áreas rurales por medio de leyes agrarias, ya que la Constitución, reconoce el derecho de la población de elegir sus propios modelos organizativos, en esa medida, la Comunidad María Auxiliadora, ha aplicado este principio a un ajuste más urbano y sus estatutos han sido legalmente reconocidos.

 

¿Por qué es innovador?

  • Propiedad colectiva de la tierra: este sistema, al estilo de fondo de tierra comunitario  es muy innovador en la región latinoamericana, particularmente en las áreas urbanas.
  • Aspectos financieros: combinación de los ahorros de los residentes, préstamos y un fondo rotatorio comunitario.
  • Enfoque de género: destacado papel de la mujer, en liderazgo comunitario, titularidad de propiedad y en la construcción de vivienda.
  • Sociedades: este proyecto iniciado y administrado por la comunidad, ha ganado el reconocimiento y la credibilidad a través de los años, desarrollando diferentes asociaciones con ONG’s y agencias del gobierno.
  • En contraste con los planteamientos típicos del Estado y ONG’s, que se concentran en la construcción de viviendas, este proyecto asegura que la tierra cumpla una función social, desde la compra del terreno y sucesivamente con los trabajos realizados.

 

¿Cuál es el impacto medioambiental?

Para la mayoría de la construcción de las viviendas, los materiales convencionales como ladrillo de arcilla cocido y albañilería de ladrillo hueco, fueron usados, con hierro acanalado y tejas para las cubiertas. Dentro de lo posible, materiales y proveedores locales, fueron usados y en un pequeño número de casos se uso, técnica de obra tradicional, como es el caso de la construcción  con adobe.

El acceso a los servicios de agua, alcantarillado y electricidad, ha sido facilitado, donde antes no había ninguno. Un proyecto de reciclaje de basura, está siendo puesto en práctica actualmente dentro de la comunidad y el municipio, la recolección de los desechos sólidos fue negociada y obtenida y una piscina para colectar aguas residuales, está siendo implementada por la comunidad, a fin de reutilizar el agua para la irrigación, además que muchos árboles han sido plantados por la comunidad en el área.

 

¿Cómo es su sostenibilidad financiera?

La combinación de ahorros de los residentes, microcrédito y el fondo rotatorio, ha permitido a la comunidad ser independiente y no tener que estar sujeta a la cargada financiación externa o al apoyo del gobierno. La propiedad colectiva de la tierra no es un impedimento para las familias de la Comunidad María Auxiliadora, para acceder a fondos de microcrédito para sus propias casas, ya que la comunidad y el título de tierra colectivo, son usados como una garantía con las ONG’s asociadas. La construcción de vivienda progresiva, permite que familias mejoren y amplíen sus casas como y cuando, ellos tienen la capacidad de hacerlo.

El proyecto ha trabajado para crear una variedad de oportunidades para la generación de ingresos, talleres de costura y productos artesanales, son realizados semanalmente en la comunidad y un grupo ha sido formado para la formación especializada en técnicas de construcción. Un grupo de ocho mujeres, ha formado un pequeño negocio de suministro de comidas por encargo y algunas de las viviendas dentro de la comunidad han establecido pequeñas empresas familiares.

La preservación de la accesibilidad tanto financiera, como para la tierra y la vivienda, es un objetivo clave de este proyecto y la tierra es vista como un bien social más que un material negociable. Por medio del sistema de propiedad colectiva de la tierra, si una familia desea vender su casa, ésta puede ser vendida por el valor original de la tierra más el valor de la casa (evaluado en función del costo de materiales de construcción y mano de obra, en el tiempo en que la casa fue construida). La idea es evitar cualquier apreciación o usura debido al tiempo o a la ubicación de la construcción. La evaluación es hecha por expertos externos y la casa vuelve a la comunidad, una vez se selecciona la siguiente familia. En 1999, el terreno en la comunidad María Auxiliadora fue valorado por US$3/m ² y nueve años más tarde, permanece al mismo precio, a pesar de todas las mejoras realizadas en la vecindad. El precio de tierra en las áreas circundantes, ha aumentado a US$15/m ², tal como sucede en la comunidad de Olmedo que, en contraste con María Auxiliadora, no cuenta con el servicio de agua corriente ni alcantarillado.

 

¿Cuál es el impacto social?

Los procesos de construcción por ayuda mutua y toma de decisión colectiva, han animado la acción participativa, la cooperación y la integración entre miembros de la comunidad y ha reducido enormemente, la vulnerabilidad de las familias que no tenían antes el acceso a la vivienda o a la tenencia segura de la tierra. Un sentido de solidaridad entre las familias ha sido infundido, lo cual se evidencia, por el apoyo recíproco, recibido entre unos y otros hogares de  la comunidad, en casos de enfermedad, dificultades financieras u otras circunstancias extremas.

La Comunidad es conducida por un Comité Barrial, elegido democráticamente, el cual basado en la estructura tradicional andina de liderazgo, la presidencia y la vicepresidencia deben rotar cada dos años por cada familia, para adquirir experiencia de mando. Los líderes han sido entrenados y ahora organizan y participan en eventos, en torno a los derechos de la vivienda, presentando su experiencia particular ante, ONG’s, universidades y otros grupos de la comunidad e igualmente realizando entrevistas en medios. El bienestar alcanzado y la solidaridad entre los miembros de la comunidad, los ha fortalecido y ha consolidado el beneficio de la acción colectiva. Ellos son capaces ahora de movilizarse y negociar con las autoridades gubernamentales.

Como consecuencia del proyecto, los niveles de alcoholismo han bajado, así como los niveles de abuso doméstico y un Grupo de Apoyo da la Familia, ha sido dispuesto para proporcionar apoyo a las víctimas de la violencia intrafamiliar. Con la propiedad a nombre de la mujer, el hecho de perder su casa para avanzar o abandonar a los esposos abusivos, ya no es un riesgo.

El proyecto ha liderado una reducción de desigualdades de género, profundamente sembradas: los lotes, son registrados en la lista de la comunidad, bajo el nombre de la mujer, facultando así, a la mujer y a sus niños a quedarse en la casa, en el caso de separación (a menos que sea la mujer que abandona el hogar). Las mujeres también han sido fortalecidas por medio de capacitación en liderazgo y en habilidades para generar ingresos.

Obstáculos Encontrados

  • El proyecto afrontó la oposición en sus etapas iniciales por las autoridades municipales, las cuales trataron de destruir las primeras casas construidas en la comunidad, debido a la postura comunitaria en contra de las prácticas clientelistas; la persistencia de los miembros de la comunidad, el diálogo con las autoridades y los resultados conseguidos durante los años, ha cambiado esta resistencia inicial por un fuerte apoyo de la administración municipal, que actualmente esta estudiando la posibilidad de transferir el planteamiento a otras áreas.
  • En cierta ocasión durante el proceso, se desarrolló conflicto dentro de la comunidad en relación, a la propiedad colectiva de la tierra; algunos de aquellas familias que habían comprado al principio lotes, pensaron que podían ignorar los principios sobre los cuales la comunidad está basada y vendieron los terrenos después de pocos años, con fines lucrativos. Algunos de ellos, finalmente abandonaron la comunidad, ya que el sistema de propiedad colectiva es protegido por los estatutos comunitarios. Los miembros actuales, apoyan fuertemente este principio, animado por lo que ellos han sido capaces de conseguir colectivamente, así como, por el reconocimiento y apoyo que ellos han recibido de otros grupos.
  • La informal condición, en que el proyecto fue iniciado y desarrollado, coloco una gran cantidad de riesgo financiero sobre los hombros del gestor del proyecto. La carencia de fondos de capital inicial, significó que ella tuvo que aceptar, al principio, muchos candidatos que no correspondían a la población objetivo, pero que tenían la capacidad para comprar un lote y pagarlo inmediatamente. Mientras que esa decisión pragmática, contribuyó a la diversidad social dentro de la comunidad, actualmente las familias, pasan por un proceso de selección mucho más riguroso.

Lecciones Aprendidas

  • La calidad de vida de las familias de ingresos bajos, puede ser enormemente mejorada con un poco de financiación externa, a condición de que los propios recursos de las familias sean movilizados y canalizados por esquemas de ahorros, formas tradicionales de solidaridad y ayuda mutua, acción colectiva y acceso al créditoAunque es importante para la comunidad mantener la autonomía y el control del proceso, el apoyo de las ONG’s, ha sido crucial en el éxito de la Comunidad María Auxiliadora y la capacidad de la comunidad de movilizar los propios recursos de los residentes, ha sido un factor importante en el esquema de financiación y apoyo adicional.
  • Muchas lecciones pueden ser trazadas por las agencias gubernamentales y ONG’s desde las exitosas iniciativas de base, como es el caso de este proyecto.
  • Es importante reforzar y formalizar el proceso para que los nuevos miembros adopten los principios comunes, de la propiedad colectiva de la tierra y sean integrados en la comunidad; para este fin, se han establecidos, los talleres formales de capacitación.

 

Evaluación

Un proceso de evaluación interno, se realizó dentro de la comunidad en el 2006 con el fin de identificar las áreas que podrían ser mejoradas o corregidas. Los puntos claves que debían manejarse, incluyeron, la necesidad de los nuevos miembros de participar más activamente en el proceso de construcción por ayuda mutua, y la invitación por proporcionar mayor apoyo a los niños y a la gente joven. Una evaluación independiente de la experiencia también fue realizada por el instituto de investigación CEPLAG en Bolivia.

 

Transferencia

Muchos visitantes, de una variedad de organizaciones no gubernamentales, universidades y grupos comunitarios, han estado en el proyecto; visitantes tanto de Bolivia como de otros países. El valor y el impacto del proyecto, han sido reconocidos por el nuevo gobierno boliviano, y la comunidad tiene la intención de transferir el acercamiento a otras áreas, por medio del nuevo Programa de Alojamiento Social del gobierno nacional. Dos talleres fueron realizados en diciembre del 2007 con personal y representantes del Viceministerio de Vivienda, que han expresado un interés en transferir elementos del planteamiento al nivel nacional.

La alcaldía municipal de Cochabamba, ha expresado un interés por transferir la experiencia, a través de una sociedad, entre la Comunidad María Auxiliadora, la Alcaldía y el gobierno nacional, con la asistencia técnica, proporcionada por la Fundación Pro-Hábitat y Hábitat para la Humanidad. Tras el registro de un asentamiento conveniente, las familias están siendo actualmente capacitadas y el proyecto ha sido incluido en el presupuesto de la ciudad del año 2008.

Las vecindades circundantes, como la comunidad de Olmedo, quiénes han visto la diferencia, en términos de reducción de los niveles de delincuencia y violencia y la capacidad de construir y/o negociar infraestructura y servicios, han comenzado a organizarse, después del ejemplo de la comunidad María Auxiliadora. Otro grupo femenino de Sucre, Bolivia, se ha acercado a la comunidad, para una la transferencia del enfoque,  proceso que ha comenzado ya,  con visitas al proyecto y dos talleres realizados hasta ahora.