El proyecto en la práctica
En febrero de 2022, cuando comenzó la invasión rusa en Ucrania, las personas que sufrían desplazamientos internos se refugiaban por tiempo indefinido en escuelas y otras instalaciones educativas y deportivas, debido a la falta de oportunidades de vivienda social. Este fue el motivo de la creación de CO-HATY: ofrecer viviendas provisorias de buena calidad en la región para quienes escapaban de la invasión.
El proyecto trabaja junto a gobiernos locales y una creciente red de organismos para reparar grandes edificios municipales abandonados después de la Unión Soviética y convertirlos en alojamientos de emergencia, que luego puedan transformarse en viviendas sociales flexibles, una vez que la guerra acabe. Entre marzo de 2022 y agosto de 2023, CO-HATY renovó cuatro edificios grandes, y alojó a 640 personas desplazadas en casas más adecuadas.
Los cofundadores del proyecto fueron METALAB, una organización sin fines de lucro y “laboratorio urbano”, y Urban Curators, una agencia independiente de Kiev que trabaja en el sector del urbanismo, la arquitectura y la gestión urbana.
Antes de la guerra, METALAB había participado en trabajos de investigación y diseño de productos relacionados con espacios públicos, pero la guerra hizo que cambiaran el enfoque. Ahora, a través de CO-HATY, proporciona viviendas de emergencia rentables y bien diseñadas, mediante una rápida readaptación de edificios que ya existen. Otro objetivo del proyecto es empoderar a las personas que sufrieron traumas significativos y, a la vez, presentar un modelo alternativo para desarrollar viviendas sociales una vez que la guerra acabe.
Los edificios a renovar se eligieron por su proximidad a las comodidades del centro de la ciudad y por su buena conexión con parques y espacios verdes. A pesar de estar vacíos, los edificios, que en su mayoría se construyeron entre 1960 y 1980, se encuentran en condiciones relativamente buenas. En general, las renovaciones incluyen la sustitución de los sistemas de calefacción, plomería y cloacas, la instalación de nuevos cableados eléctricos y baños, trabajos de pintura, amueblamiento, y la incorporación de electrodomésticos. Los residentes reciben unidades propias, pero comparten espacios de vivienda comunes.
La renovación y la entrega de viviendas durante el conflicto son extremadamente difíciles, y CO-HATY ha enfrentado problemas inesperados. Por ejemplo, a veces, las cadenas de suministro se interrumpen, lo que dificulta la compra de materiales, y los ataques al sistema de energía del país que tuvieron lugar entre marzo de 2022 y agosto de 2023 provocaron cortes de electricidad regulares en las obras de construcción de CO-HATY. Por otro lado, algunos miembros del equipo de CO-HATY decidieron alistarse en las fuerzas armadas. Más allá de estas dificultades, las renovaciones de los cuatro edificios que se completaron hasta ahora demoraron apenas entre seis semanas y nueve meses.
METALAB recauda fondos, aporta experiencia en aspectos arquitectónicos y urbanos, administra el proceso de construcción y diseña los muebles de las nuevas casas. Rápidamente, la organización estableció una red de más de 25 socios que ayudan a implementar el proyecto, incluidas instituciones de vivienda sin fines de lucro, organizaciones legales, estudios de diseño, servicios sociales, organizaciones humanitarias, especialistas en bienes raíces y agencias municipales. METALAB trabaja en relación estrecha con departamentos de los gobiernos locales, lo que no solo es fundamental para llevar a cabo las reformas, sino que permite una potencial promoción de mejores derechos de vivienda y de un cambio en las regulaciones.
La selección de los residentes depende de quién es propietario del edificio que se reforma. En la mayoría de los casos, se basa en las políticas de vivienda de los gobiernos locales, pero CO-HATY también tiene algo de influencia sobre quién vivirá allí, y utiliza estos espacios para dar vivienda a los voluntarios que trabajan en las obras de renovación.
Impacto social
En ucraniano, “haty” significa “casas” y “cohaty”, “amar”, y las personas que sufrieron desplazamientos son el enfoque principal para el diseño y la renovación de las viviendas. Siempre que es posible, los futuros residentes (incluidos aquellos con necesidades específicas, como las personas jubiladas, las familias con niños y la gente con discapacidades) participan en talleres en los que se da forma al diseño de los edificios. Esta participación propicia un sentido de empoderamiento y de pertenencia, y ayuda a crear una comunidad entre las personas que se vieron obligadas a dejar sus hogares en otras regiones del país. En sus nuevas comunidades, pueden realizar trabajos de jardinería, organización de eventos sociales y limpieza de las casas.
CO-HATY involucra a residentes y no residentes que tienen experiencia en el ámbito de la construcción y la albañilería en las obras de reforma. Cuando se finalizan los trabajos de construcción, quienes son residentes ayudan a administrar y mantener el espacio, en colaboración con otros emprendimientos comunitarios de la ciudad.
Las empresas locales también participan en la confección de una parte considerable del mobiliario. A través del proyecto, hoy hay tres personas empleadas como gerentes de alojamiento, y otras cinco se incorporaron al equipo de CO-HATY.
Además, el proyecto beneficia a departamentos de gobiernos municipales, proveedores de atención médica y social, organizaciones humanitarias y asociaciones civiles, ya que todos ellos están sufriendo una gran presión en la región occidental de Ucrania.
En METALAB, promueven el derecho a una vivienda digna para las personas que deben desplazarse, y forman parte de un grupo de trabajo junto a la Ciudad de Ivano-Frankivsk, como asesores para su estrategia municipal sobre la integración y el desarrollo urbanos. Esto incluye diferentes maneras en que los proyectos de vivienda de emergencia pueden convertirse en programas de desarrollo de vivienda social.
Impacto ambiental
Al reparar y reformar edificios existentes, el proyecto ahorra prácticamente un 50 por ciento de carbono incorporado (la cantidad de carbono que se emite durante la construcción de edificios nuevos). Cuando es posible, las casas se amueblan con donaciones de beneficencia de muebles, artículos de cocina y otros artefactos domésticos de segunda mano. En METALAB, usan sus propias instalaciones de construcción y otros proveedores locales para producir los materiales nuevos que sean necesarios, lo que reduce aún más la huella de carbono.
Financiación
La financiación de CO-HATY proviene de una red variada de patrocinadores y de donaciones de beneficencia.
El desglose por proyecto es el siguiente:
Proyecto piloto en Ivano-Frankivsk que aloja a 170 personas: 5.176.941 grivnas ucranianas (140.000 dólares).
Transformación de un jardín de infantes (Sadok) en Ivano-Frankivsk que aloja a 140 personas: 9.244.537 grivnas ucranianas (250.000 dólares).
Transformación de un hotel en Ivano-Frankivsk que aloja a 80 personas: 10.353.882 grivnas ucranianas (280.000 dólares).
Transformación de una residencia universitaria en la aldea de Zinkivtsi, región de Khmelnytskyi, que aloja a 250 personas: 23.296.234 grivnas ucranianas (630.000 dólares).
Algunos de los patrocinadores y colaboradores internacionales son: IM, Swedish Development Partner; MitOst; Raumpioniere; Danish Refugee Council; Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés); Organización Internacional para las Migraciones; People in Need; Polish Aid; y RE-WIN, entre otros.
CO-HATY recibió financiación del Ministerio Federal de Asuntos Exteriores de Alemania, en colaboración con la organización humanitaria Sign of Hope, para renovar otra antigua residencia universitaria en 2023. Están solicitando más fondos a las Naciones Unidas, para poder convertirse en socios para la provisión de refugios de emergencia y alojamiento adecuado a personas que sufren desplazamientos internos.
Tras el trabajo de METALAB con la estrategia de desarrollo urbano, se espera que llegue un apoyo más sostenido de los ayuntamientos ucranianos, a través de los presupuestos municipales.
Transferibilidad y expansión
CO-HATY se está expandiendo en toda Ucrania, y se prevé la reforma de cuatro edificios más en 2023 (siete en total), que, según se pretende, se convertirán en viviendas sociales cuando acabe la guerra.
Si bien CO-HATY no puede proporcionar una casa a los millones de personas que sufrieron desplazamientos en Ucrania, METALAB trabaja cada vez más con organizaciones que ayudan a estas personas a mayor escala, por ejemplo, la Organización Internacional para las Migraciones y GIZ (Agencia Alemana para la Cooperación Internacional). También se postularon para ser miembros de Regional Shelter Cluster a fin de aportar sus aprendizajes en todo el mundo y promover su modelo de vivienda alternativo.
En METALAB, creen que la experiencia de CO-HATY puede ser útil en situaciones de crisis y en contextos en los que se necesitan más viviendas sociales. El modelo también podría aplicarse en ciudades que atraviesan un rápido proceso migratorio y de urbanización, en las que las autoridades locales necesitan ayuda para brindarles casas dignas y seguras a las personas.
En solo 18 meses, el proyecto de CO-HATY tuvo un impacto enorme: proporcionó viviendas de emergencia de buena calidad y respetuosas con el medioambiente a cientos de personas. Gracias al trabajo colaborativo del proyecto con los gobiernos municipales, al enfocarse en el uso de los edificios reformados en el largo plazo y al desvincular los discursos asociados con la vivienda de la propiedad privada, cuando la guerra acabe, las personas en situación de vulnerabilidad de Ucrania tendrán un mejor acceso a casas dignas, seguras, asequibles y permanentes.
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Mi cesta
La invasión rusa de Ucrania obligó a más de 12 millones de personas a dejar sus casas, y más de 6,5 millones de ellas buscan refugio en la región occidental del país. Esta afluencia de gente representa una enorme presión para la vivienda social y asequible, que ya era escasa debido a que la política nacional favorece la propiedad privada. Las personas que tuvieron que desplazarse, y que se encuentran en situaciones vulnerables y, en general, están traumatizadas, se ven obligadas a soportar más adversidades y desamparo al tener que refugiarse en las únicas opciones de alojamiento de emergencia disponibles: en general, edificios públicos como escuelas.
A Maryna Darnostup, una ex psicóloga escolar y asistente para niños con necesidades especiales, la evacuaron de Nikopol por la invasión rusa. Antes de eso, su vida junto a su familia era hermosa, pero tuvieron que dejar todo atrás en tan solo 15 minutos cuando leyeron en las noticias que un convoy de 150 tanques rusos se dirigía hacia la zona.
Antes de la guerra, Liudmyla Khvostyk, una mujer de 58 años, tenía una vida plena y estable. Tenía trabajo y una casa, y podía viajar por el país para visitar a su familia y a sus nietos sin preocupaciones. Sin embargo, cuando comenzó la invasión rusa, la evacuaron junto a su familia.
Svitlana Didenko, de 57 años, era jefa de departamento de la dirección ejecutiva del Fondo de Seguro Social, y la evacuaron de Berislav, en la región de Kherson.
Olena Polous, una decoradora de 38 años de Kharkiv, tenía un buen trabajo, seguridad económica y una vida sin sobresaltos, hasta que la invasión rusa la obligó a dejar su casa y mudarse a otra ciudad.