La prevención primaria se centra en reducir el riesgo de sinhogarismo en toda la población y ofrece una estrategia más inteligente y sostenible. Su objetivo es frenar el sinhogarismo antes de que se manifieste, abordando las causas estructurales que empujan a las personas a la inseguridad habitacional. 

El problema:Aumento del número de personas sin hogar

El sinhogarismo está aumentando en toda Europa y, con demasiada frecuencia, solo se actúa cuando la persona ya está en crisis. Pero el sinhogarismo no empieza con dormir a la intemperie; empieza mucho antes, en forma de pobreza, empleos precarios, viviendas inasequibles y sistemas sanitarios o sociales que no consiguen atender a las personas cuando necesitan apoyo. 

Los gobiernos siguen priorizando las respuestas de emergencia, con financiación y servicios orientados en gran medida a la intervención en crisis. Sin embargo, a estas alturas, el coste personal y financiero ya es elevado, tanto para las personas como para los servicios y la sociedad. Si no se toman medidas para abordar las causas fundamentales, la falta de vivienda seguirá aumentando. 

La Solución:Abordar la causa raíz

La labor de prevención primaria implica políticas amplias y reformas sistémicas destinadas a reducir la pobreza, aumentar la seguridad del ingreso, ampliar el acceso a viviendas asequibles y mejorar las oportunidades de educación y empleo. 

Algunos ejemplos de trabajos de prevención primaria incluyen: 

  • Invertir en vivienda asequible: garantizar la disponibilidad de suficientes viviendas de calidad para todos los que las necesiten. Esto incluye programas estatales de construcción de viviendas, control de alquileres y medidas para proteger los derechos de los inquilinos. 
  • Mejorar el apoyo social: garantías de ingresos, subsidios de vivienda y beneficios que reflejen el costo real de la vida y la vivienda. 
  • Educación universal y capacitación para la tenencia: especialmente en escuelas y comunidades con altos índices de necesidad de vivienda, estas preparan a los jóvenes con los conocimientos y las habilidades para mantener la estabilidad de la vivienda. 
  • Reducir la pobreza y la desigualdad: mediante salarios justos, políticas de empleo inclusivas y estrategias sólidas de lucha contra la pobreza. 

Si bien algunas de estas acciones no siempre se denominan “prevención de la falta de vivienda”, todas reducen las probabilidades de que las personas pierdan sus hogares. 

Algunos ganadores del Premio Mundial del Hábitat demuestran este enfoque en acción. Por ejemplo, las cooperativas de vivienda FUCVAM de Uruguay crean viviendas asequibles y duraderas mediante el desarrollo comunitario, reduciendo la dependencia del mercado de alquiler y brindando a las familias de bajos ingresos opciones de vivienda estables. En Bélgica, Community Land Trust Brussels asegura terrenos para vivienda asequible a perpetuidad, garantizando así que las futuras generaciones tengan acceso a viviendas dignas incluso cuando los precios de las propiedades suben. 

Ambos ejemplos se basan en la creencia de que la vivienda debe ser un derecho, no una mercancía, y muestran cómo la oferta y la asequibilidad de la vivienda son esenciales para la prevención. 

El impacto:Reducir la falta de vivienda en el futuro

La prevención primaria ayuda a reducir el número de personas que se quedan sin hogar. Es más difícil de medir que las intervenciones de emergencia, pero sus beneficios a largo plazo son profundos: 

  • Tasas más bajas de personas sin hogar 
  • Reducción de la presión sobre los servicios de emergencia 
  • Mejora de la salud, el bienestar y la estabilidad económica de los hogares 
  • Uso más eficiente del dinero público 

Un estudio de 2023 de Crisis y la Universidad Heriot-Watt confirmó que invertir en la oferta de vivienda y la reducción de la pobreza reduciría drásticamente la situación de las personas sin hogar en el Reino Unido. El panorama europeo es similar. La evidencia es clara: un cambio a nivel sistémico puede hacer que la situación de las personas sin hogar sea poco frecuente y breve, si los gobiernos deciden actuar. 

Conclusiones::La prevención primaria es el cambio de sistemas en acción.

Requiere visión a largo plazo, colaboración intersectorial y un liderazgo audaz, pero funciona. Los ejemplos anteriores demuestran que es posible lograr grandes cambios cuando las personas actúan con rapidez y audacia. 

Para que la prevención primaria sea la norma, los gobiernos, las autoridades locales y los proveedores de vivienda deben: 

  • Aumentar la oferta de viviendas asequibles
    Sin suficientes hogares seguros, los esfuerzos de prevención siempre serán insuficientes.
  • Apoyar el liderazgo local
    Las ciudades y las comunidades comprenden sus necesidades y están preparadas para liderar.
  • Poner los derechos en el centro
    La vivienda es un derecho humano, y las políticas públicas deben reflejarlo. Integrar la prevención en las políticas generales: las políticas de vivienda, bienestar, educación y empleo deben promover la estabilidad habitacional.

Si queremos acabar con la falta de vivienda para siempre, debemos empezar por la raíz.

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