La respuesta ante la COVID-19 ha demostrado que terminar con el sinhogarismo es posible.
Hemos visto lo que gobiernos, ayuntamientos locales y ONG han conseguido en diferentes países en poco tiempo durante la pandemia (ofreciéndole un techo a todas esas personas que dormían en la calle). Hacemos un llamamiento a los gobiernos locales y nacionales para mantener el progreso en los lugares en los que esto se ha conseguido, y un llamamiento a todos los países para que se comprometan a encontrar un hogar permanente a todos aquellos que lo necesiten.
La pandemia es un recordatorio de lo imprescindible que es un hogar en la vida de las personas de todo el mundo. Entendemos por hogar todo alojamiento permanente, sostenible y seguro. Las medidas temporales no son suficientes. – Todo el mundo se merece un hogar (#EveryoneDeservesAHome).
La Campaña Europea para Terminar con el Sinhogarismo en las Calles se remonta al movimiento internacional No Going Back. En los lugares donde se ha conseguido un progreso durante la pandemia, no hay vuelta atrás, y en aquellos en los que se han dado excusas para no actuar, tampoco. Donde las soluciones solo han sido temporales, no hay vuelta atrás. Donde se ha conseguido poco progreso, hay un claro camino que seguir.
La crisis de la COVID-19 ha reforzado la necesidad del Housing First (la Vivienda Primero). Han venido personas que tradicionalmente no se habían comprometido con los servicios, y debemos aprovechar esta oportunidad para proporcionales soluciones de viviendas sostenibles. Estudios internacionales sobre el Housing First demuestran que, haciendo que la vivienda sea incondicional y ofreciendo el apoyo correcto de la manera correcta, el sinhogarismo se puede reducir significativamente.
El sinhogarismo siempre a sido una emergencia de salud pública, pero la escala de la COVID-19, para quienes no tienen un hogar y para la mayoría de las personas, pone de manifiesto la necesidad de ser más audaces en nuestra respuesta.
La vivienda es un derecho humano básico y fundamental. Se debe proporcionar apoyo para conseguir una vivienda a todas aquellas personas que viven en la calle, sin importar las necesidades de apoyo, el género o la situación migratoria.