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Celeste Sangster, de nuestra Campaña Europea para Terminar con el Sinhogarismo en las Calles, destaca por qué las personas de toda Europa que no tienen casa deberían priorizarse para recibir una vacuna contra la COVID-19 y ayuda para conseguir viviendas seguras.

Las vacunas contra el coronavirus trajeron aparejada mucha esperanza sobre la posibilidad de frenar la enfermedad, tanto para salvar vidas como para suavizar las restricciones de confinamiento. Pero, ¿quién tiene acceso? ¿Las están recibiendo primero las personas más expuestas?

Sabemos que para las personas en situación de sinhogarismo el riesgo es particularmente mayor. Datos aportados por nuestra Campaña Europea para Terminar con el Sinhogarismo en las Calles evidenciaron que las personas que viven a la intemperie suelen tener más afecciones preexistentes, y esto hace que los efectos del virus sean más graves. Además, muchos no pudieron acceder a alojamientos seguros para aislarse durante la pandemia.

Más de cuatro de cada cinco (83 por ciento) personas que duermen en las calles de Barcelona no pudieron acceder a los alojamientos de emergencia municipales, que abrieron a fines de marzo de 2020.

Más de una de cada cuatro (28,7 por ciento) personas en situación de sinhogarismo en las calles de Bruselas declaran que tienen afecciones crónicas.

Con el objetivo de saber cómo está la situación en otras ciudades, hablé con algunos de nuestros socios de la Campaña Europea para Terminar con el Sinhogarismo en las Calles.

En Bratislava, la capital eslovaca — donde es posible encontrar hasta 4.000 personas durmiendo a la intemperie en cualquier momento — los trabajadores sociales y los miembros de equipos de asistencia comunitaria que trabajan en las calles estuvieron entre los primeros en recibir la vacuna. Durante la primera ola del virus, no hubo registros de infectados entre la comunidad sin hogar, pero recientemente, más de 50 personas que viven en la calle dieron positivo en COVID-19 — incluidas algunas con la “variante del Reino Unido”, que es extremadamente contagiosa.

Nuestros socios de la Campaña Europea para Terminar con el Sinhogarismo en las Calles, OZ STOPA y OZ PRIMA, están trabajando sin descanso para proteger a las personas que están en la calle y ayudarlas a acceder a la vacuna. Los equipos de vacunación del gobierno están acompañando a los trabajadores de asistencia comunitaria en las calles para administrarla in situ, ya que para muchos es difícil acceder a los turnos tradicionales, debido a la falta de documentos de identidad o teléfonos celulares para contactarlos. No obstante, es preocupante que, a medida que más y más personas en situación de sinhogarismo dan positivo en COVID-19, van perdiendo esta oportunidad. Las nuevas reglas del gobierno determinan que quienes dieron positivo en el virus no pueden recibir la vacuna.

En la actualidad, en el Reino Unido se están haciendo avances importantes con el programa de vacunación: se administró la mayor cantidad de primeras dosis en total, y la mayor cantidad per cápita de todos los países europeos. Notablemente, si bien se considera que los residentes de asilos y los trabajadores sociales y de primera línea están dentro del grupo de máxima prioridad, no se identificó a las personas en situación de sinhogarismo o que trabajan en este sector como integrantes de este nivel, aunque corran el riesgo clínico más alto de contraer enfermedades graves y tengan un riesgo mayor de exposición y transmisión.

Hablé con Caroline Bernard, Directora de Política y Comunicación de Homeless Link, una organización benéfica nacional por membresía para organizaciones que trabajan en contacto directo con las personas de Inglaterra que se quedan sin hogar, y me dijo lo siguiente:

Seguimos consultando a nuestros miembros de toda Inglaterra para saber cuántos colaboradores y clientes se vacunaron. Al parecer, la mayoría de las organizaciones ya estuvieron en contacto con las autoridades locales respectivas para identificar al personal de primera línea que debe recibir las vacunas, y, en muchos casos, estos planes de vacunación ya se implementaron. Sin embargo, algunos de los miembros aún no recibieron ninguna notificación, por lo que les brindaremos asistencia para hacer el reclamo ante las autoridades locales correspondientes.

“Tenemos certeza de que varias autoridades locales hicieron esfuerzos especiales para vacunar a personas sin hogar, por ejemplo, las de Liverpool, Oldham y Redbridge. Nos preocupa que muchas personas que no tienen una vivienda segura también tienen necesidades médicas graves, pero aún no se las ha diagnosticado porque no están registradas para la asignación de un médico general (GP). Nuestra prioridad es ayudarlas a hacer dicho registro y asegurarnos de que tengan acceso a las vacunas y a toda la asistencia médica que necesiten.

“Las personas que no tienen casa son extremadamente vulnerables y víctimas de diversas desventajas. Suelen tener necesidades de salud complejas y no están vinculadas a los sistemas de asistencia. El acceso a las vacunas por parte de la población en situación de calle salvará vidas y será un primer paso para que muchas personas inicien un camino hacia una vivienda segura a largo plazo. Lógicamente, el personal de primera línea que trabaja en el sector del sinhogarismo debe tener prioridad — al igual que todos los demás asistentes sociales —, mientras ayudan a las personas a su cargo a mantenerse a salvo y lejos de la calle”.

Durante el año pasado, en Leicester, una de las ciudades de la Campaña Europea para Terminar con el Sinhogarismo en las Calles — que vivió las restricciones de confinamiento de mayor duración en todo el Reino Unido —, el Acta Constitutiva sobre Sinhogarismo de Leicester reunió a organizaciones que combaten el sinhogarismo y socios del ámbito de la salud para trabajar en relación estrecha y garantizar que las personas que duermen en la calle tengan acceso a análisis de detección y tratamientos. Este enfoque integrado ya logró resultados altamente satisfactorios.

Mark Grant, de Action Homeless, me contó los avances que están observando.

Inclusion Healthcare, el servicio de atención primaria de la ciudad para personas sin hogar, hizo un pedido a las Redes de Atención Primaria locales en nombre de la Asociación de Personas Sin Hogar [el Acta Constitutiva sobre Sinhogarismo de Leicester] para que los albergues para personas sin hogar reciban el mismo tratamiento que los asilos, y estas aceptaron.

“El miércoles 3 de febrero, se administró la vacuna AstraZeneca de Oxford a 36 pacientes de tres albergues de Leicester, apenas algo más de la mitad de aquellos que cumplían los requisitos, y a 20 pacientes de prioridad médica alta que no viven en albergues”.

Lamentablemente, en otros lugares, el panorama no es tan alentador. En Barcelona, no se implementaron planes específicos de análisis de detección de COVID-19 para las personas que duermen en la calle, ni se reforzaron los equipos de asistencia comunitaria en las calles con profesionales de la salud. Según los datos recopilados por Arrels Fundació, nuestro líder de campaña, solo algo más de la mitad de las personas que tuvieron acceso a alojamientos de emergencia desde marzo pudieron acceder a análisis de COVID-19 —una cifra que debería ser mucho más alta, dado el alto riesgo de contagio que se observa en los alojamientos compartidos. Ahora, Arrels está haciendo un llamamiento para que se les dé prioridad a las personas en situación de sinhogarismo, como grupo de alto riesgo.

Lo que queda claro es que el acceso a la vacuna no es equitativo — ni entre los países ni dentro de cada uno de estos. Durante esta pandemia, las personas que duermen en la calle estuvieron entre las más expuestas, sin poder protegerse en una casa, respetar las orientaciones básicas de higiene ni cumplir el distanciamiento social, y, mucho menos, acceder a análisis de detección, tratamiento o, en la actualidad, prevención. Debemos asegurarnos de que las personas que se encuentran en la calle no solo reciban un tratamiento de grupo prioritario con respecto a la vacunación, sino que también se les asignen alojamientos de emergencia y, luego, se les brinde asistencia para acceder a casas más seguras. Es imperativo que trabajemos en equipo para ayudar a las personas a salir de las calles, conseguir hogares y evitar que los pierdan.

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Imagen: Sandra Ballcells


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