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La vida es una consecución de casualidades que nunca sabes si atribuir al azar o a la existencia de un ente súper poderoso que hace contigo lo que le apetece.

Estaba en noviembre en el aeropuerto de Heathrow de camino a Colombo, cuando leí que había una vacante en World Habitat, una organización en Coalville que trabaja promoviendo modelos innovadores de vivienda innovadores alrededor del mundo. Lo primero que pensé, es que era una señal del todopoderoso, ¿Un trabajo en Inglaterra y yo justo estoy en el aeropuerto de Inglaterra? Dejé las tonterías místicas y recordé lo difícil que es conseguir una vacante en el tercer sector.

Admitámoslo, el mercado laboral no espera con los brazos abiertos a recién graduados que quieren dedicarse a la ya muy explotada frase: ‘Hacer de este mundo, uno mejor’’. Yo me gradué en la Universidad de Granada, y de acuerdo con mi experiencia y la de mis compañeros, si te has graduado en políticas, cooperación, sociología o alguna carrera por el estilo, los obstáculos que uno encuentra para empezar a trabajar son gigantescos. En España como en muchos otros países las opciones suelen ser tres:

1) Apostar por un máster que cueste un ojo de la cara y esperar a que te coloquen en unas prácticas sin remunerar donde destacar y que te contraten después;

2) Trabajar como voluntario indefinidamente sin cobrar, estupenda experiencia que con suerte puedes hacer en terreno, pero para la que necesitas tener dinero previamente, o;

3) Ganarte la vida haciendo cualquier cosa mientras solicitas trabajos/prácticas en cada uno de los rincones del mundo, por muy recónditos que sean y rezar a los dioses para que algún día te llamen y no pifiar la entrevista.

Yo me decante por esta última.

Yo tengo 25 años y desde que acabé mis estudios mis experiencias con el tercer sector no han sido muy buenas, he sido testigo del ‘’enchufismo’’ en primera persona y de la hipocresía que muchas organizaciones tienen integrada, todo ello enmascarado con una imagen de transparencia y neutralidad.

Los días fueron pasando y no dejaba de pensar en el puesto, ¿Y si esta es una organización que de verdad busca jóvenes con talento a los que dar una oportunidad? Estaba por los pueblos del norte de Sri Lanka y una semana consecutiva de lluvias torrenciales pareció ser la oportunidad perfecta para poner en marcha mi solicitud y dar una segunda oportunidad a lo que siempre creí que era mi futuro profesional, trabajar en la defensa de los derechos humanos, sociales y económicos.

Mi solicitud iba tomando forma, no fue fácil, no solo te pedían la típica Carta de presentación y tu CV, también debías subir la presentación de un proyecto relacionado con problemas actuales de vivienda. Entregué mi solicitud y seguí con mi vida, por una parte, emocionada ante la posibilidad de ser elegida y por otra aceptando cínicamente que nunca tendría noticias.

Los días fueron pasando y para mi sorpresa me seleccionaron para la entrevista. Cuando iba leyendo el mail y los pasos que había que seguir para la entrevista, mi primera reacción fue desistir, no me lo podía creer, otra vez se esto no era una mera conversación para conocerme, me exigían varias pruebas de análisis y escritura. Practiqué delante del espejo, con amigos, con sri lankeses, con otros turistas que conocía…Básicamente toda Hiriketiya (pueblo en el sur de Sri Lanka) sabía que tenía una entrevista con una organización en Londres, porque para casi cualquiera cuando mencionas un trabajo en Inglaterra todo el mundo asume que es en la capital, como si fuera de ella se extinguiera la humanidad.

El día de la entrevista llegó y evidentemente yo estaba practicando seis horas antes. Preparados, listos ¡ya! Suena el e-mail y recibo todo lo que tengo que hacer. Después de varias pruebas a realizar en tiempo récord, llega el momento de la verdad, ponernos cara unos a otro. Suena el Skype y tardo unos segundos en aceptar la llamada, sigo con el cerebro exprimido, pero ¡here we go! Nos saludamos todos y empieza la final countdown y estoy tan nerviosa como cuando vas a sacarte el carné de conducir por primera vez (yo me lo saque a la tercera). Absolutamente todo lo que había practicado, todo lo que me habían dicho que no dijera, todo lo que pensaba decir desapareció de mi cabeza, los nervios se encargaron de dejar al descubierto mi verdadero yo y limpiar de mi sistema cualquier tipo de conversación ensayada. Así que ahí estaba yo, en manga corta delante de cuatro personas desconocidas con chaquetas y bufandas, hablando sin parar y sin ningún tipo de filtro.

La entrevista fue fluida y totalmente diferente a las que había hecho con otras organizaciones en el pasado, se intuía la complicidad del equipo, la inclusividad que aparece descrita en su página web, la transparencia de su funcionamiento, y su voluntad innovadora, me sentía capaz de poder expresar todas las ideas que tenia en mi mente y ellos estaban dispuestos a escucharlas con interés. Llegó el momento de concluir y no tenia ni la mas mínima idea de que había dicho o que imagen había dado, todo fue tan rápido y natural que nos despedimos y había momentos que estaba orgullosa de mi y otros en los que me daba vergüenza ajena, pero fuera lo que fuera era hora de empezar a celebrar mi 25 cumpleaños.

 

 

A los dos días, recibí el e-mail esperado, y cuando una empieza a leer: Dear Lorena, we would like to inform you that…. Yo antes de llegar tan lejos le di el teléfono al que tenía al lado para que lo leyera, la noticia había recorrido todo Hiriketiya, el puesto era mío y me mudaba en dos meses a Inglaterra. Ya me imaginaba comiendo fish and chips, hablando con acento british y bebiendo té con pastas cada tarde.

Y esta es mi historia de cómo acabe siendo la nueva ‘’intern’’ en World Habitat. Un nuevo desafío que estoy emocionada de aceptar, donde espero aportar una nueva perspectiva y aprovechar todas las oportunidades de aprendizaje que me ofrezcan, dando siempre lo mejor de mí misma.

¡A todos aquellos que se acaban de graduar o iniciar en el mercado laboral os animo a no perder la esperanza, seguro que hay más organizaciones en pequeños sitios como Coalville con vocación internacional que están esperando vuestros currículums!


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