Ruth Jacob es Directora de Asuntos Parlamentarios y Políticos de Crisis, una organización benéfica de sinhogarismo del Reino Unido.
La imagen es de Katia, una ciudadana de la Unión Europea que estuvo en situación de sinhogarismo en el Reino Unido y hoy forma parte del panel de expertos basados en la experiencia que apoya la campaña de Crisis.
Durante la última década, las peores formas de sinhogarismo se han extendido año tras año en Inglaterra, hasta alcanzar un pico máximo justo antes de la pandemia. En el mismo período, los niveles se mantuvieron relativamente estables en Escocia y Gales. Esto incluye a personas que duermen a la intemperie, en autos, tiendas de campaña y el transporte público, o que pasan largos períodos en alojamientos temporarios inadecuados.
Una nueva investigación, que Crisis encargó a la Universidad de Heriot-Watt y al IPPR, muestra que esto representa a una cantidad estimada de 22.000 familias ciudadanas de la Unión Europea, cerca de una de cada diez del total estimado de personas (nueve por ciento) en situación de sinhogarismo en 2019.
Se calcula que los ciudadanos de la Unión Europea representan aproximadamente una de cada veinte personas (cinco por ciento) de la población británica total. Esto indica que el riesgo de experimentar una de las peores formas de sinhogarismo para este grupo en Gran Bretaña es de prácticamente el doble que para la población en general.
Esta cifra es incluso mayor entre las personas que duermen a la intemperie: se estima que los ciudadanos de la Unión Europea representan a una de cada siete personas (más del 15 por ciento) del total de gente que duerme a la intemperie en toda Gran Bretaña. Esto sugiere que, para los ciudadanos de la Unión Europea, el riesgo de dormir a la intemperie en Gran Bretaña es casi tres veces más alto que para la población en general.
Esta investigación es el primer estudio en analizar en detalle este aspecto fundamental, y ofrece pruebas cruciales nuevas que pueden respaldar la toma de decisiones políticas para prevenir el sinhogarismo, y eliminarlo de raíz. Los resultados obtenidos nos ayudan a comprender por qué los ciudadanos de la Unión Europea que viven en Gran Bretaña enfrentan un riesgo mayor de sinhogarismo y por qué se requieren acciones urgentes para garantizar que todas las personas obtengan la protección que necesitan para no llegar a esta situación.
La pérdida de trabajo es uno de los factores clave que propician el sinhogarismo entre los ciudadanos de la Unión Europea que viven en Gran Bretaña, y, durante la pandemia, las personas se vieron afectadas por el desempleo de maneras desproporcionadas. Mucha gente con la que hablamos también vivió experiencias laborales inseguras y en condiciones de explotación, y notificó que no se les pagaba lo suficiente como para poder mantenerse o, en algunos casos, no se les pagaba nada.
Una de las personas que participaron en las entrevistas de la investigación explicó cómo esta situación lo llevó a quedarse sin hogar:
“Trabajé para una persona durante siete meses. Dormía allí y me daban comida, pero no recibía nada de dinero. Incluso después de siete meses de trabajo, seguía sin recibir dinero. Por lo tanto, básicamente, me vi obligado a vivir en la calle… fue muy duro”.
Los ciudadanos de la Unión Europea enfrentan muchos desafíos similares a los de otras personas para resolver su situación de sinhogarismo —como problemas de salud o rupturas de vínculos. Sin embargo, para ellos las barreras y restricciones son aún más fuertes, ya que la asistencia a la que pueden acceder es más limitada. Para muchas de estas personas, esto significó que, cuando se quedaron sin trabajo o se encontraron en circunstancias financieras complejas, no pudieron recurrir a una red de contención adecuada, lo que empeoró y prolongó las dificultades que enfrentaron con respecto a la vivienda.
En algunos casos, esto se debió a obstáculos culturales o relacionados con el idioma, que hicieron que fuera más difícil para los ciudadanos de la Unión Europea acceder a la asistencia convencional que debería haber estado disponible para ellos. En otros casos, estas personas no pudieron obtener ayuda para su situación de vivienda —en particular, a través de beneficios de asistencia social— debido a reglas que restringen al acceso a estos servicios a los ciudadanos de la Unión Europea. Esto hizo que muchas personas vivieran períodos prolongados de incertidumbre, mientras intentaban resolver sus problemas de alojamiento y empleo, sin ningún tipo de ayuda provisional.
Al inicio de la pandemia, observamos una transformación inmediata y sin precedentes en los enfoques del Gobierno con respecto al sinhogarismo, y muchas de las barreras habituales para apoyar a ciudadanos de la Unión Europea y otros no británicos se dejaron de lado. Esta medida drástica demostró lo que se puede lograr cuando se abre la ayuda para salir de la situación de sinhogarismo a todas las personas que la necesiten, independientemente de su nacionalidad o situación migratoria. Sin embargo, a medida que la pandemia siguió avanzando, el mensaje de “mantener a todas las personas adentro” se hizo menos claro, volvieron a aplicarse restricciones y cada vez más gente tuvo dificultades para obtener ayuda.
Ahora que vislumbramos la salida de la pandemia, debemos aprovechar esta oportunidad para asegurarnos de que la protección contra el sinhogarismo esté disponible para cualquier persona que viva aquí. Necesitamos que el Gobierno del Reino Unido implemente una estrategia renovada para terminar con el sinhogarismo, que garantice que nadie tenga mayor riesgo de quedar en la calle debido a su situación migratoria. Si se disminuyeran los requisitos y se ampliara el acceso a beneficios y asistencia para personas sin hogar de la Unión Europea con permiso de residencia limitado (Pre-settled Status), se garantizaría la disponibilidad de servicios de ayuda para las personas que experimenten situaciones en sus vidas que las pongan en riesgo de perder sus casas.
También debemos exigir que se ofrezca asistencia inmediata a los ciudadanos de la Unión Europea que están durmiendo a la intemperie y a quienes les resulta difícil acceder a la ayuda convencional. Recomendamos que el Gobierno del Reino Unido movilice fondos para un paquete específico de asistencia para el acceso a viviendas y trabajo para los ciudadanos de la Unión Europea cuyas necesidades no estén siendo satisfechas por los programas vigentes en la actualidad. Esto será decisivo para la gente que hoy está durmiendo a la intemperie.
La respuesta de emergencia ante la pandemia nos dejó entrever lo que es posible cuando se liberan las barreras y se permite que todas las personas accedan a alojamientos y ayuda para salir de la situación de sinhogarismo. Debemos dar un paso más para asegurarnos de que quienes no tienen dónde vivir accedan a los medios para mudarse a un lugar estable y seguro.
El informe de la investigación está disponible aquí.
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