Anja Lazar y Rok Ramšak son miembros de Zadrugator, una cooperativa de vivienda de Liubliana, Eslovenia. Zadrugator es una de las cooperativas pioneras de un grupo que trabaja en el centro y sudeste de Europa como parte de la MOBA Housing SCE.
En la mayoría de las ciudades europeas, la vivienda se está convirtiendo en un problema cada vez más acuciante. La situación es especialmente alarmante con relación a la asequibilidad de la vivienda.
Eslovenia no es la excepción. Con una provisión de viviendas casi exclusiva del libre mercado, Eslovenia tiene uno de los porcentajes más altos de viviendas que no son aptas para habitar: una de tres (33%). Por otro lado, prácticamente un tercio de las familias (30%) viven en situación de pobreza. Para las personas jóvenes, es cada vez más difícil independizarse, alrededor de dos de cada tres adultos jóvenes (64%) de entre 18 y 34 años todavía viven con sus padres, casi el doble que el promedio europeo.
Esto no sorprende si pensamos que Eslovenia invierte 10 veces menos en vivienda que un estado europeo promedio, y la cifra para la construcción de viviendas es aún más asombrosa: 100 veces menos. De hecho, la contribución estatal a la construcción de vivienda pública se mantuvo inmutable, y nula, durante los últimos diez años.
Pero, ¿qué impacto tiene esto sobre las vidas de las personas?
Durante los últimos años, hemos estado debatiendo sobre la crisis de vivienda que enfrentan los estudiantes, las personas que buscan su primer apartamento, las familias jóvenes y los ancianos, a quienes les cuesta mucho encontrar una vivienda adecuada en Liubliana. Para resumir estas historias, usaremos el relato de un personaje de ficción al que llamamos Tina.
Tina tiene 34 años y trabaja en Liubliana. Se crió en una ciudad más pequeña, pero se mudó para estudiar y se quedó allí porque es uno de los pocos lugares en los que se puede conseguir trabajo. Se postuló para una residencia estudiantil, pero, aunque los ingresos de su familia son muy inferiores al promedio, le dijeron que tendría que esperar al menos seis meses para mudarse porque no había disponibilidad. Debido a la escasez de transporte público, la única opción que le quedó fue alquilar un apartamento privado con tres amigas. Si bien compartía habitación, trabajaba cerca de 20 horas por semana y tenía que destinar toda su beca de estudios a los gastos de alquiler y comida.
Durante los últimos 10 años, se mudó por lo menos seis veces, porque los propietarios decidían aumentar el precio o empezar a alquilar por Airbnb. No obstante, tuvo bastante suerte, ya que siempre encontró buenos compañeros de apartamento y, desde hace cinco años, como trabaja a jornada completa, puede pagar una habitación para ella sola.
El salario de Tina es el promedio de Eslovenia, lo que la ubica entre el 30% de personas que más ganan. Aún así, gasta más de un tercio de sus ingresos (aproximadamente un 35%) en una habitación pequeña de un apartamento que comparte con tres personas más. Hace poco, por fin empezó a analizar otras opciones.
Tras varios meses de búsqueda, no logró encontrar un apartamento asequible para alquilar por su cuenta. El costo de un apartamento de tamaño promedio con una habitación sería de entre 500 y 600 euros, lo que representaría bastante más de la mitad de sus ingresos (alrededor del 60%).
Comprar una casa sería imposible. Como solo se construyen proyectos de lujo, los precios son tan altos que, aunque encontrara una oferta para un apartamento y consiguiera una tasa de interés baja para el préstamo, gastaría casi un 70% de sus ingresos. Además, si bien sueña con un gran ascenso y un salario más alto, simplemente no podría ahorrar para el depósito mínimo inicial de 25.000 euros.
Pensó en la opción de apartamentos de alquiler sin fines de lucro que ofrecen los fondos de vivienda nacionales y municipales, pero se dio cuenta de que para cada apartamento, hay decenas de familias en la lista de espera. La discrepancia es tan grande que algunos fondos empezaron a organizar sistemas de sorteo para los postulantes.
Entonces, ¿qué alternativa le queda?
Lamentablemente, no hay otras alternativas disponibles en Eslovenia, y esto hace que muchísimas personas se muden a otros países o se vean obligadas a vivir en apartamentos, e incluso habitaciones, que no les permiten tener una calidad de vida decente.
Por eso, hace cuatro años, fundamos Zadrugator, una cooperativa de vivienda. Queremos abordar la problemática de falta de viviendas decentes o la imposibilidad de acceso a estas, y siempre luchamos por la provisión de casas públicas sin fines de lucro. Pero como esto requiere, sobre todo, una gran intención política, empezamos a buscar otras alternativas más populares y basadas en la comunidad.
Después de consultar una infinidad de ejemplos de mecanismos de vivienda de todo el mundo, nos dimos cuenta de que las cooperativas de vivienda de alquiler sin fines de lucro son nuestra mejor opción.
Zadrugator basó su modelo en cooperativas que tuvieron éxito en Suiza —concretamente, More than Housing (Más que vivienda), en Zúrich, la cual visitamos en una jornada de intercambio de World Habitat en 2017. El acceso que tienen a diferentes grupos sociales, los altos estándares de vida y el gran nivel de participación de los residentes y de la comunidad local nos inspiraron.
El modelo de Zadrugator es un verdadero modelo de cooperativa, basado en una inversión conjunta de los miembros, la provisión de tierras de la municipalidad, un préstamo del fondo nacional de vivienda y recursos de prestamistas o inversionistas externos.
Los futuros residentes son miembros de la cooperativa, y poseen acciones y pleno derecho de voto, pero no serán propietarios de los apartamentos, sino que se los alquilarán a la cooperativa por un valor sin fines de lucro. Como el desarrollo del sector de vivienda de Eslovenia es tan deficiente, estimamos que el alquiler será al menos entre un 20 y un 30% inferior al de los alquileres del mercado. Además, mientras seguramente los alquileres privados aumentarán en el futuro, los de la cooperativa se mantendrán estables.
Hemos progresado mucho en el desarrollo del primer proyecto piloto. Estamos trabajando en colaboración con las autoridades locales de Liubliana, que están dispuestas a aportar terrenos públicos para el desarrollo de las viviendas cooperativas, así como a sumarse a la búsqueda de posibilidades de financiación. Con el apoyo de World Habitat, también desarrollamos el diseño arquitectónico para el proyecto piloto.
Sin embargo, seguimos enfrentando muchos desafíos en nuestro intento de iniciar un movimiento sólido y viable de cooperativas en Eslovenia. Nuestra inquietud principal es que las cooperativas de vivienda aún no están amparadas por la ley de vivienda eslovaca, y eso nos impide trabajar con socios públicos de manera significativa, e inhibe notablemente nuestras posibilidades de ofrecer un alquiler asequible. De todas maneras, esto no altera nuestra determinación y nuestro compromiso con la lucha para que la situación cambie y las viviendas cooperativas sean una realidad. Así, tendremos buenas casas para ofrecerle a “Tina” y a una infinidad de personas como ella.
Imagen: Bryce Edwards (Creative Commons)
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