Guardias armados, gusanos fritos y cenizas calientes: reflexiones de Pat Elderfield sobre su paso por World Habitat

A fines de 2021, Pat Elderfield se jubiló de su cargo como miembro del Consejo de Administración y Tesorera Honoraria de la junta de World Habitat, tras casi medio siglo de servicios dedicados a la organización. Formó parte de la Building and Social Housing Foundation (Fundación para la Construcción y la Vivienda Social) y de World Habitat durante toda nuestra existencia, y estuvo casada con nuestro fundador Peter Elderfield. Pat también fue Directora Ejecutiva y Secretaria de la East Midlands Housing Association (Asociación de Vivienda de East Midlands) desde 1985 hasta 2004, y se desempeñó como Directora de Finanzas de dicha organización durante 15 años. En esta publicación del blog, nos ofrece una perspectiva única de los años compartidos con nosotros, desde su cargo como Tesorera cuando se formó la organización en 1976, hasta su participación como miembro del Consejo de Administración en 2002 y sus visitas de evaluación a más de 40 proyectos de vivienda en regiones remotas y desafiantes de todo el mundo, como los lugares y proyectos fascinantes que se describen a continuación.

Hace 46 años, estaba distribuyendo los bienes de la East Midlands Housing Association, que había estado construyendo viviendas sociales durante 30 años. El motivo de esa distribución eran los preparativos para la donación de la parte de nuestros activos que no estaban subsidiados por el estado a una fundación caritativa que continuaría la labor innovadora por la que éramos reconocidos (aunque luego, se les prohibió hacerlo por ser una asociación de vivienda registrada).

Durante todos esos años, en los que vi cómo nuestros programas de trabajo se extendían hacia muchas partes del mundo, cuidé nuestras finanzas con gran atención. Gran parte de esos activos territoriales se convirtieron en efectivo y, hace muy poco, nos reunimos con nuestros excelentes gestores de inversiones para administrar los ingresos de manera consistente con nuestros objetivos. Esa donación inicial de 1,25 millones de libras esterlinas hoy asciende a 37 millones.

Trabajé con tres directores y muchísimos colegas muy queridos, y tuve la oportunidad de conocer a personas realmente inspiradoras, que concibieron y llevan adelante los proyectos maravillosos que seguimos reconociendo a través de los Premios Mundiales del Hábitat.

El trabajo de análisis y evaluación [para los Premios Mundiales del Hábitat] me regaló experiencias increíbles: desde caminar sobre las cenizas, aún calientes, que habían sepultado hogares enteros tras la erupción del volcán Pinatubo en Filipinas, hasta dormir en el suelo de la casa de la familia del urbanista de Hiroshima.

Volé en helicópteros sobre la Cordillera del Karakorum y a través de la Amazonia hasta Iguaçu. Tengo recuerdos de largos viajes en tren y avión por China, para visitar proyectos en los que se producía electricidad con digestores de metano y se construía con fardos de paja. Fui testigo del resurgimiento de aldeas en Sri Lanka y de la finalización del proceso de ecologización y modernización del último kampong en Surabaya, que hoy es reconocida como la tercera ciudad más ecológica del mundo.

Recorrí cientos de kilómetros de caminos de tierra para visitar agricultores de áreas rurales de Argentina, caminé por favelas acompañada de guardias armados en Río y en las zonas “prohibidas” de Johannesburgo; visité iniciativas de prevención de catástrofes en Vietnam y amplios trabajos de infraestructura en India.

Mis experiencias culinarias fueron tan ricas como las culturas que visitamos, pero creo que la más notable fue la de los gusanos fritos con los que nos agasajaron en el comedor de los constructores, en un increíble proyecto de hipotecas verdes para la eficiencia energética, en México.

Valoro y aprecio las experiencias vividas gracias a la organización, y, aunque hoy deje mi rol de miembro del Consejo de Administración y Tesorera Honoraria, les deseo a todos un sinfín de éxitos ininterrumpidos.

Sé que la Fundación queda en buenas manos, a cargo de un Consejo de Administración excelente y un equipo de trabajo cualificado, y confío en que seguiré recibiendo noticias de los logros futuros.

El trabajo de Pat junto a World Habitat motivó la creación de muchas soluciones de vivienda innovadoras que se adoptaron y adaptaron en diferentes lugares de todo el mundo, como la transferencia del movimiento de fideicomisos de la tierra de Estados Unidos al Reino Unido, y la conformación de una campaña para terminar con el sinhogarismo en las calles en varias ciudades europeas. Como Tesorera Honoraria de World Habitat, administró las finanzas y las inversiones, y promovió un gran crecimiento de los activos y las actividades de la organización. Desempeñó todos estos roles como voluntaria.