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Más de un billón de personas de todo el mundo viven en asentamientos informales o marginados. Como proporción de la cantidad de personas que viven en ciudades, esta cifra equivale a una de cada cuatro de las poblaciones urbanas del mundo.

En el contexto de la pandemia global de COVID-19 que enfrentamos actualmente, los países adoptaron enfoques para contener el virus — en su mayoría, confinamiento, distanciamiento social, campañas para fomentar el lavado de manos y realización masiva de pruebas de detección. Pero para quienes viven en asentamientos informales, en general, estas medidas resultan imposibles o tienen un efecto colateral extremo sobre sus fuentes de ingresos.

Lavarse las manos con regularidad es complicado cuando no se tiene acceso a agua o a un sistema de saneamiento adecuado. El hacinamiento y las viviendas precarias hacen que quedarse en casa o mantenerse lejos de los demás sea prácticamente imposible. Los análisis de detección suelen ser un desafío, debido a la falta de recursos y capacidades.

Los trabajos de muchas de las personas que viven en asentamientos informales también lo son: su red de protección social es nula, no forman parte del sistema impositivo y la probabilidad de que tengan suficientes ahorros a los que recurrir es extremadamente baja. Dependen de sus ingresos día a día, por lo que, seguramente, estén dispuestas a correr riesgos para obtener el dinero que necesitan para alimentar a sus familias. Para ellos, es muy difícil tener un ingreso si no están en la calle y rodeados de gente.

Como lo expresa la HIC, “las políticas de confinamiento obligan a muchos residentes urbanos a elegir entre ingresos y seguridad, entre hambre y enfermedad, entre salud y medio de vida”.

En muchos casos, los vecinos, las organizaciones comunitarias y las ONG tuvieron un papel fundamental para enfrentar la pandemia.

Lagos, Nigeria

Justice & Empowerment Initiatives – Nigeria (Justicia e iniciativas de empoderamiento en Nigeria, JEI), la Nigerian Slum/Informal Settlement Federation (Federación nigeriana de asentamientos informales y marginados) y la Physically Challenged Empowerment Initiative (Iniciativa de empoderamiento de personas que enfrentan desafíos físicos, PCEI) realizaron una encuesta y una campaña de relatos para entender el impacto de la COVID-19 en más de 140 asentamientos informales. En marzo de 2020, la Federación y la PCEI lanzaron una campaña de concientización de la comunidad, basada en jornadas informativas puerta a puerta, distribución de volantes y entrega de mascarillas sanitarias. Los resultados de la encuesta evidenciaron que, en esos asentamientos, esta fue la fuente principal de información sobre COVID-19.

Nairobi, Kenia

Los líderes de la industria tecnológica de Kenia identificaron rápidamente que las medidas que se estaban implementando en algunos países serían difíciles de adoptar en África. A mediados de marzo, se formó una alianza de organizaciones denominada Safe Hands Kenya (Kenia en buenas manos), con el fin de crear un enfoque único y adaptado para limitar la diseminación del virus y, al mismo tiempo, permitir la continuidad de las fuentes de ingresos.

Se enfocaron en la distribución a gran escala de productos esenciales sin costo (jabón, estaciones para el lavado de manos y mascarillas) y en la desinfección de espacios públicos, junto con muchos socios de la ciudad. Dandora Transformation League (Liga de Transformación de Dandora) — que trabaja con los jóvenes de Dandora, el punto principal del vertedero más grande de la ciudad — distribuyó 100 estaciones de desinfección y trabajó junto a los vecinos para fomentar el mantenimiento de la limpieza en la zona.

Río de Janeiro, Brasil

En los barrios de favelas, centenas de grupos comunitarios organizaron campañas de comunicación generalizadas en diferentes formatos: arte, WhatsApp, podcasts y anuncios públicos. Mediante financiamiento colectivo y el apoyo de redes existentes, hicieron miles de donaciones de alimentos básicos a las personas más afectadas desde el punto de vista económico. También instalaron lavabos públicos en zonas en las que el acceso al agua es escaso, y emitieron comunicados diarios para mantener actualizada a la comunidad mediante canales nuevos y redes sociales.

Para responder a los índices significativamente bajos de pruebas de detección, y a la notificación y el registro insuficientes de casos, en especial en las comunidades de las favelas, decenas de organizaciones se están uniendo para mejorar el acceso a los datos. Catalytic Communities, una organización de defensa local, se está asociando a otros grupos comunitarios para implementar un panel unificado basado en el monitoreo de la enfermedad en las comunidades. El panel ofrecerá datos más precisos sobre casos probables y confirmados, y les permitirá a los residentes notificar los síntomas de forma directa. Así, se podrá obtener la información necesaria para identificar brotes locales y la necesidad de más asistencia.

San Juan, Puerto Rico

En el Fideicomiso de la Tierra del Caño Martín Peña, ganador de los Premios Mundiales del Hábitat de 2015, coordinaron una campaña informativa por redes sociales. Mediante esta, comparten consejos regularmente sobre cómo protegerse contra el virus e identificar los síntomas, e información de contacto útil, como farmacias locales que están ofreciendo servicios en la comunidad. También están trabajando para evitar la divulgación de información falsa, haciendo hincapié en los “mitos y realidades” relevantes para los residentes locales (por ejemplo, sobre enfermedades transmitidas por mosquitos).

Freetown, Sierra Leona

La Federation of the Urban and Rural Poor (Federación de pobreza urbana y rural, FEDURP) desarrolló una aplicación para monitorear los casos de virus en asentamientos informales, que ofrece datos en tiempo real. Con los mensajes del Ministerio de Salud y Sanidad, crearon carteles informativos y videos adaptados para reflejar las vidas de quienes se encuentran en asentamientos informales. Al interactuar con las autoridades, también reforzaron y mejoraron la respuesta del gobierno a las necesidades de las personas vulnerables. El Concejo Municipal de Freetown trabajó junto a ellos para brindar apoyo a la cocina comunitaria destinada a personas con discapacidades, ancianos, embarazadas jóvenes y hogares encabezados por mujeres.

Estos son solo algunos ejemplos del trabajo que se está realizando en los asentamientos informales para contener la COVID-19. Si tiene más información, nos gustaría conocerla. Envíenos los detalles por correo electrónico a info@world-habitat.org o comuníquese con nosotros a través de nuestras cuentas de Facebook, Instagram o Twitter.


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