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Joaquín López es Coordinador de Proyectos Especiales en Hábitat para la Humanidad Guatemala, uno de los ganadores de los Premios Mundiales del Hábitat de Bronce de 2019 por su programa Hogares Saludables para la Humanidad.

En Guatemala, el acceso a agua segura y servicios de saneamiento adecuados sigue siendo un desafío, aún en la actualidad. En 2017, el Ministerio de Medioambiente afirmó que el 95 por ciento de las fuentes de agua superficial de Guatemala estaban contaminadas. Debido a la falta de reglamentaciones y políticas – como una ley del agua -, o a la gestión deficiente de recursos, el acceso a agua potable es limitado para las poblaciones más vulnerables del país. En el caso de niños pequeños, esto contribuye para aumentar a 1100 la cifra de muertes por año[1] por enfermedades gastrointestinales y diarrea.

En las zonas rurales de Guatemala, más de una de cada cinco personas (20 por ciento) no tiene acceso a ninguna fuente de agua – el resto de la población está sujeta a servicios intermitentes que son deficientes, tanto en calidad como en cantidad. La variabilidad y los cambios en el clima no hacen más que potenciar la escasez, que afecta principalmente a las familias que viven en situación de pobreza extrema, ya que no cuentan con los recursos ni la capacidad para adaptarse de forma adecuada ante situaciones como sequías, estrés hídrico y la contaminación de las fuentes de agua superficial[2].

En Guatemala, los servicios hídricos se encuentran, principalmente, en los centros urbanos, debido a la migración interna. Esto deja a poco menos de la mitad de la población rural (46 por ciento, cerca de 3,5 millones de personas) en regiones sin inversión pública en programas de este tipo. Con respecto a servicios de saneamiento adecuados, las municipalidades están ofreciendo cada vez más conexiones de desagüe y sistemas de recolección de aguas residuales en zonas urbanas, pero la mayor parte del agua no se somete a tratamiento y se desagota en cuerpos de agua locales. En zonas rurales, aproximadamente una de cada tres personas (más del 30 por ciento[3] de la población) no tiene acceso a ningún tipo de servicio de saneamiento, lo cual tiene un impacto evidente sobre su bienestar y su calidad de vida.

Hábitat para la Humanidad Guatemala trabaja para hacer frente a estas realidades desde 2011. Ofrece soluciones que introducen estándares de calidad en los hogares, como cantidades suficientes de agua segura para beber y servicios de saneamiento adecuados.

Hábitat Guatemala implementó sistemas de recolección de agua de lluvia en zonas con condiciones climáticas vulnerables. Para garantizar la calidad del agua para beber, instalamos filtros purificadores de agua que separan partículas y microorganismos como virus y bacterias, a través de una capa porosa, que funciona con un 99,99 por ciento de eficacia[4]. El sistema se vale de la gravedad como flujo de energía para obtener agua potable. El filtro purificador de agua garantiza el acceso a 18,5 litros de agua cada ocho horas. También reduce los gastos del hogar, ya que se ahorra la energía necesaria para hervir el agua y la compra de agua embolsada o embotellada. Mediante nuestro proceso de evaluación, se hace evidente que la prevalencia de enfermedades gastrointestinales disminuyó muchísimo, especialmente en niños.

Las soluciones implementadas para mejorar el saneamiento se diversificaron con el fin de satisfacer diferentes necesidades. Las letrinas ventiladas, letrinas aboneras y los sistemas de tratamiento de aguas negras pueden ayudar a eliminar la práctica de la defecación al aire libre y a preservar los recursos hídricos. Hábitat Guatemala también ayudó a implementar pilas (una estación de lavado multiuso que es parte integral de un hogar guatemalteco), como estaciones de lavado adecuadas y sumideros para el tratamiento de aguas grises, y para prevenir la acumulación de aguas superficiales. Según evaluaciones de campo, la introducción de un saneamiento adecuado disminuye la prevalencia de enfermedades gastrointestinales e infecciosas, ya que reduce la diseminación de contaminantes.

Desde que comenzó el programa Hogares Saludables para la Humanidad en 2011, Hábitat Guatemala implementó 34.800 soluciones destinadas a mejorar el acceso al agua y servicios de saneamiento. Más de 200.000 familias de todo el país se beneficiaron mediante proyectos subsidiados y donaciones, financiación y microfinanciación, adaptados a las diversas realidades de las comunidades necesitadas.

Mientras Hábitat Guatemala sigue trabajando en todo el país, la organización estableció el objetivo de brindar asistencia a un millón de personas para 2023. Gracias a la creación de nuevos productos, pretendemos hacer frente no solo a la falta de acceso a agua segura, sino a los diversos aspectos relacionados con la provisión de condiciones de vida adecuadas para toda la población.

[1] PNUD (2016). Informe Nacional de Desarrollo Humano “Más allá del conflicto, luchas por el bienestar”. 2015-2016

[2] ICC (2019). Primer reporte de evaluación de cambio climático. Guatemala.

[3] INE (2011-2012). Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI)

[4] Chulluncuy, N. (2011). Tratamiento de Agua para Consumo Humano. Ingeniería Industrial. Universidad de Lima. 29 (2011). 153-170.


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