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Un diseño innovador que utiliza botellas de plástico para construir casas para refugiados en el desierto de Algeria ha sido nombrado como finalista en los Premios Mundiales del Hábitat de este año.

El proyecto Casas de Botellas de Plástico para Refugiados Saharauis fue iniciado por Tateh Lehbib Barika, un ingeniero nacido en los campamentos de refugiados saharauis en Algeria, que albergan a miles de personas que se desplazaron a raíz de los conflictos en Sahara Occidental hace más de 40 años. Mientras crecía, Tateh padeció en persona las duras condiciones de los campamentos, donde las láminas de metal en los techos de las casas de ladrillos de barro intensifican el calor implacable del desierto y suelen volarse durante las frecuentes tormentas de arena.

Luego de recibir una beca de ACNUR para estudiar energía renovable, Tateh regresó a los campamentos con una idea innovadora para mejorar las condiciones de vida de su comunidad, la cual había sido devastada por inundaciones. Se dedicó a construir un nuevo hogar para su abuela, utilizando botellas de plástico recicladas rellenas con arena. Su idea captó la atención de la oficina local de ACNUR, lo cual lo ayudó a conseguir financiamiento por US$ 60.000 para construir 25 hogares más.

Este proyecto liderado por la comunidad demostró cómo materiales disponibles en cantidad y sin costo podían utilizarse para construir hogares mejores. Esto permitió reducir la dependencia de los refugiados de la ayuda externa y reciclar los problemáticos residuos plásticos. Para 50 personas vulnerables, el proyecto ha brindado un lugar más seguro y más fresco para vivir, y para la comunidad en general, las habilidades para seguir construyendo.

Albatoul Mohammed, que vive en una casa de botellas de plástico con su esposo e hijo, quien tiene necesidades especiales, expresó: “Nos sentimos seguros, y, a diferencia de las casas de adobe cubiertas con láminas de zinc, esta no se ve afectada por la abundancia de lluvia o el calor. Estoy muy orgullosa de este trabajo y de la idea que surgió de un refugiado que vio el sufrimiento de su pueblo. Ha tenido un gran impacto en mi vida, no solo desde el punto de vista del edificio, sino también en el uso de botellas de plástico y los residuos que no tienen solución aquí en los campamentos”.

David Ireland, Director de World Habitat, dijo: “Se trata de una idea creativa y original para la reutilización de botellas de plástico por parte de la comunidad saharaui, a fin de mejorar sus propias viviendas en un ambiente hostil”.

El Grupo Asesor de los Premios Mundiales del Hábitat dijo: “Es una historia inspiradora de la determinación y la motivación de una persona que logró cosas impresionantes en su comunidad”.

Cada año se entregan los Premios Mundiales del Hábitat a diez de los proyectos de vivienda más destacados e innovadores del mundo. En 2018, participaron más de 200 proyectos y programas en los Premios.


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