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Hoy se reconoció con un Premio de Bronce de los Premios Mundiales del Hábitat de este año a un proyecto de renovación de casas, asistencia laboral y lucha por el derecho a la vivienda que ofrece casas de alquiler asequible a personas sin hogar y de bajos ingresos en Hungría.

El equipo de Desarrollo y gestión de programas de vivienda y asistencia social en Budapest brinda apoyo a las personas para que desarrollen las habilidades necesarias para tener vidas estables e independientes, y, en última instancia, puedan integrarse a la sociedad más general. Mediante un trabajo conjunto con socios, voluntarios y futuros inquilinos, vuelven a poner en uso propiedades y lotes de tierra vacíos como viviendas de alquiler asequible. Este es uno de los primeros proyectos de Europa del Este que adopta el modelo de “Vivienda Primero” y combina la provisión de vivienda con apoyo social.

Establecido por la Asociación “De la calle a una casa” (Utcáról Lakásba Egyesület o ULE) en un país en el que el sinhogarismo en las calles es un delito y en el que prácticamente no existe asistencia por parte del estado, este es el único proyecto en Hungría que ofrece vivienda permanente y decente a las personas sin hogar, en contraste con el sistema de refugios que prevalece en el resto de Europa. Desde 2014, ULE proporcionó 29 casas a 66 personas en algunos de los distritos más pobres de Budapest; trabajó con cerca de 100 voluntarios comunitarios para renovar viviendas; y brindó apoyo a 50 personas por año para que volvieran a tener trabajo.

La residente Judit, de 28 años, cría a sus tres hijas en un apartamento de alquiler social en el Barrio del Castillo. Nos contó lo siguiente: “Todavía era muy joven —y ya tenía dos hijas de cinco y tres años—, cuando tuve que irme de la casa que pertenecía a quien era mi esposo en ese momento. Pasé los seis años que siguieron en diferentes refugios temporarios para familias y personas sin hogar, y, al mismo tiempo, yendo a la escuela, para intentar tener una educación decente. Después, entré en contacto con la Asociación “De la calle a una casa”, y tuve la bendición de recibir este apartamento de alquiler en el Barrio del Castillo, un lugar al que otras personas van a hacer turismo. La primera vez que entré en nuestro nuevo hogar, se me detuvo el corazón: no podía creer que viviríamos allí.

“Mi meta para los próximos cuatro años es graduarme, pero después también quiero seguir estudiando. Afortunadamente, estoy rodeada de personas que me ayudan y me motivan. Soy consciente de que al poder acceder a una vivienda independiente y autosuficiente, me han dado una oportunidad increíble”.

David Ireland, Director Ejecutivo de World Habitat, dijo: “En Europa Occidental y América del Norte, donde se ha utilizado el modelo de Vivienda Primero, se observaron avances enormes en la lucha para terminar con el sinhogarismo. En países que no tienen la misma infraestructura social ni políticas y apoyo por parte del gobierno, el progreso ha sido más lento. Y en países como Hungría, donde el gobierno nacional criminaliza el sinhogarismo y tiene una actitud claramente hostil con las personas sin hogar, la situación es todavía más difícil. Este proyecto tomó los principios de Vivienda Primero y los puso en práctica en un contexto extremadamente complejo, para darles a las personas la oportunidad de tener una casa segura y ofrecerles ayuda para encontrar una manera de salir de la pobreza”.

El jurado de los Premios Mundiales del Hábitat dijo: “La criminalización del sinhogarismo en Hungría crea un contexto en el que es muy difícil trabajar. Lo que es realmente prometedor es que están generando cada vez más asociaciones, incluso con las autoridades locales, que les proporcionan casas para este esquema. Esta es una manera clave de proceder cuando se quiere establecer un sistema de vivienda sostenible”.

Cada año se entregan los Premios Mundiales del Hábitat a los proyectos de vivienda más destacados e innovadores del mundo.


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