Mariangela Veronesi, Líder del Programa Global de Vivienda Liderada por la Comunidad, nos cuenta su charla con los fundadores de Pametnija Zgrada —una cooperativa de vivienda pionera de Belgrado— sobre el contexto local del sector de vivienda y sus aspiraciones de nuevas soluciones no especulativas y lideradas por los residentes.
“Yo crecí en esta casa. Te aseguro que hoy la vista desde aquí es completamente diferente a la de hace una o dos décadas”.
Desde su balcón, Ana y yo contemplamos los techos de Belgrado, mientras me explica que el paisaje urbano que tenemos en frente cuenta la historia del desarrollo de la ciudad.
Escucho sobre cómo el barrio solía estar conformado, en su mayoría, por casas familiares de uno o dos pisos, rodeadas de espacios abiertos y vegetación. “Ahora, nuestro jardín y los jardines de los vecinos son prácticamente los únicos espacios verdes que quedan”. Y las áreas al aire libre no son lo único que está desapareciendo, las casas familiares también.
Las viviendas que antes pasaban de una generación a otra hoy son el blanco constante de desarrolladores que están comprando inmuebles en la región. Las casas se transforman en edificios de apartamentos, y se les ofrecen algunos pisos a los propietarios originales como parte del negocio.
Esta tendencia comenzó después de la disolución de Yugoslavia, pero se aceleró notablemente en los últimos años, junto con muchos otros proyectos de urbanización en toda la ciudad. En algunos barrios, la escala de transformación es asombrosa. Para echar un simple vistazo fugaz a los megadesarrollos de urbanización de la costanera es necesario girar la cabeza en un ángulo interminable a fin de abarcar semejante cantidad de construcciones: estructuras de rascacielos rodeadas de grúas dominan la línea del horizonte.
“Como puedes ver, brotan construcciones de todos lados. Pero, aun así, la crisis de vivienda es profunda. Los desarrollos nuevos no incluyen alternativas asequibles y responden, en gran medida, a la especulación. No sirven para alojar a las personas que más necesitan una vivienda, ni pretenden hacerlo”.
“¿Qué pasa con las personas que no tienen recursos para comprar un apartamento?”.
“Para muchas de ellas, la única opción es seguir viviendo con sus padres hasta bien avanzada su edad adulta”. Observamos una de las casas cercanas en la que conviven tres generaciones en un espacio extremadamente abarrotado.
Esta escasez de viviendas asequibles y la resultante falta de autonomía y calidad de vida fueron una fuerte motivación para que Ana Džokić y sus colegas fundaran Pametnija Zgrada, una organización que promueve un modelo nuevo de vivienda cooperativa no especulativa. Su ambición es fortalecer el derecho a la vivienda mediante soluciones sostenibles en el largo plazo y lideradas por los residentes, que sean accesibles para las personas y familias de ingresos más bajos.
Al caminar por la capital de Serbia, se ven otros tipos de edificaciones, además de casas y apartamentos familiares nuevos. Los enormes edificios de la época socialista del país no pasan desapercibidos e imprimen una personalidad muy distintiva a la estética de la ciudad. Estos conforman una porción significativa del parque de viviendas, pero, lamentablemente, la mayoría de ellos están mal conservados.
Marc Neelen también lidera el trabajo de Pametnija Zgrada en Belgrado. Mientras pasamos junto a uno de los tantos edificios de apartamentos que se privatizaron repentinamente tras la caída del régimen socialista, explica que este bloque en particular se mantuvo porque los residentes lograron coordinar una recaudación de fondos para realizar reformas. “Esto es muy raro en Belgrado porque la mayoría de estos edificios no cuentan con un sistema para hacerse cargo del exterior del edificio y de las áreas comunes”. En efecto, la gestión colectiva y el liderazgo de los residentes son conceptos muy poco conocidos en Serbia, pero Marc y Ana piensan que se trata de herramientas importantes para producir las viviendas adecuadas para las necesidades de los miembros de la comunidad.
Queda mucho trabajo por delante para lograr un entendimiento institucional y de la comunidad sobre las soluciones de vivienda cooperativa, así como para desarrollar los mecanismos y productos financieros adecuados para sostener proyectos piloto, y para obtener tierras para las primeras iniciativas que surjan. Sin embargo, Pametnija Zgrada ha dado pasos importantes en el desarrollo de su modelo y sus estrategias, y no están solos en este esfuerzo. De hecho, son integrantes de MOBA Housing SCE, una red de organizaciones similares de las regiones centro y sudeste de Europa que también están desarrollando cooperativas de vivienda en sus países. Juntas han creado un conjunto de herramientas, mecanismos de financiación e instancias de investigación para aumentar la capacidad de la red de apoyar iniciativas de vivienda cooperativa en la región.
Antes de irnos del balcón, no puedo evitar echar un último vistazo al paisaje que me rodea. Un día dejaremos de ver solo unas pocas casas familiares, algunos apartamentos nuevos y edificios de la época socialista, la vista también incluirá todo un conjunto de viviendas cooperativas desarrolladas y administradas por sus residentes. Con esta visión en mente, Ana, Marc y yo recogemos nuestras cosas y nos dirigimos a la reunión de MOBA para seguir trabajando en la concreción de este sueño.
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